Chile - Medio Ambiente
Microalgas como alternativa para reducir la huella de carbono de la industria vitivinícola
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Santiago de Chile 3/01/2019 – La potente industria del vino lleva años poniendo el foco en cómo reducir el impacto de la emisión de los gases efecto invernadero emitidos a la atmósfera, principalmente dióxido de carbono (CO2), metano (CH4) y óxido nitroso (N2O).
Estos gases, que en principio tienen un alto coste de captura, se han propuesto como insumo para alimentar el cultivo de algas que, posteriormente una vez cosechada su biomasa, puede servir para ser usada como biofertilizante en el propio viñedo. Un ejemplo de este uso es el proyecto de la bodega Finca La Estacada, en Tarancón, Cuenca.
Algo parecido es lo que querían replicar investigadores chilenos, que han desarrollado a partir de sus trabajos en el cultivo de microalgas, un procedimiento de bajo coste para captura y filtrado de los gases de fermentación de los mostos de la industria del vino, principalmente CO2, a fin de reutilizarlos para otras fases del proceso, como la limpieza de barricas.
El CO2 es incorporado al cultivo de algas para acelerar su reproducción. Se trata de un coste que salía caro para los productores, de ahí que buscaran fuentes alternativas, que, además, redujeran el impacto.
Esta novedosa tecnología de la que están planteando su patente, podría reducir entre un 12 y 15 por ciento las emisiones totales de CO2 a la atmósfera de la industria vitivinícola chilena, que es la quinta a nivel mundial en volumen producido.
Se estima que cada botella de vino producida genera en emisiones de huellas de carbono entre 1,2 y 1,5 kilos de CO2 que son emitidos a la atmósfera.