En la conferencia AQUA 2024, celebrada la pasada en Copenhague, Dinamarca, un equipo de investigadores de la Universidad de Chulalongkorn, liderado por Wanchai Assavalapsakul, ha recibido el segundo premio de la World Aquaculture Society por su estudio que ha investigado el uso y eficacia de nanopartículas compuestas de un biopolímero de bentonina para proteger el ARN de doble cadena (dsRNA) utilizado para combatir el virus de cabeza amarilla en langostino tropical (Litopenaeus vannamei).
Este innovador trabajo científico se centra en el uso de la tecnología de interferencia de ARN (RNAi) para combatir las enfermedades virales en la acuicultura de crustáceos, particularmente el virus de la cabeza amarilla (YHV), una amenaza significativa para la industria de los langostinos.
Al incorporar el dsRNA en las nanopartículas de BenPol, los investigadores lograron crear complejos BenPol-dsYHV que demostraron una notable estabilidad y efectividad en la protección de los langostinos contra el YHV. Los resultados mostraron que los langostinos tratados con estos complejos tuvieron una tasa de supervivencia del 100% después de ser desafiados con el virus, destacando el potencial de este enfoque como una plataforma prometedora basada en nanopartículas para la entrega de dsRNA en la acuicultura.
El langostino tropical es uno de los crustáceos más importantes en la acuicultura mundial. Es por eso que en AQUA 2024 se evidenció el gran esfuerzo holístico que está haciendo la academia para mejorar su rendimiento productivo.
Dentro de las presentaciones de AQUA 2024, otro de los estudios que pueden ser destacados es el de William Nowell y su equipo, que evaluó el impacto de la sustitución de harina de pescado con PEKILO®Aqua, una alternativa sostenible basada en micoproteínas. Este trabajo se enfocó en la sostenibilidad y en cómo los nuevos ingredientes pueden mejorar la salud y el rendimiento de los langostinos, reduciendo la necesidad de componentes menos sostenibles en la acuicultura.
Otra investigación, en este caso de Coraline Petit del Marine Akwa R&D Center, demostró cómo la suplementación con probióticos puede mejorar la supervivencia de los langostinos al modificar la microbiota del agua y del intestino, ofreciendo una protección adicional contra patógenos como Vibrio parahaemolyticus.
Andrew J. Ray, y su estudio de tecnologías y métodos de manejo de sistemas de recirculación para la cría intensiva de langostinos, sirvió para aportar información que ayuda a optimizar la producción y la calidad del agua en estos sistemas, y se complementa con la información aportada por Guillermo Bardera de Moredun Scientific Ltd para implementar tecnología de seguimiento automatizado para evaluar aditivos de palatabilidad en la alimentación de langostinos, mostrando cómo las mejoras en la alimentación pueden reducir los residuos y mejorar la calidad del agua.