La Asociación Mundial de Veterinarios ha puesto de relieve en un documento informativo reciente la urgente necesidad de formar a un número mayor de veterinarios especializados en medicina preventiva y cuidado de los peces de acuicultura.
Este llamado se da en un contexto en el que la acuicultura la expansión de la acuicultura se produce de manera acelerada en muchas partes del planeta. Como señalan, sobre 214 millones de toneladas de peces de acuicultura son producidos cada año alrededor del mundo para consumo humano, con crecimientos anuales del 6% al 8%. Este crecimiento se ve impulsado por la creciente demanda de proteínas de origen animal por parte de la población mundial.
Sin embargo, como explican, este crecimiento exponencial ha revelado una serie de desafíos y vacíos críticos en la atención y el bienestar de los peces criados en granjas. A diferencia de los animales terrestres, cuyo bienestar ha sido objeto de un mayor escrutinio y regulación, los peces a menudo no reciben la misma atención ni protección, a pesar de la creciente evidencia científica que confirma su capacidad de sentir dolor y sufrimiento. Esta disparidad se debe, en parte, a la falta de conocimientos específicos sobre las necesidades de bienestar, nutrición y manejo de muchas especies de peces en condiciones de cautiverio.
En respuesta a estas preocupaciones, el documento de la Asociación Mundial de Veterinarios aboga por una mayor inversión en la formación de veterinarios con especialización en medicina acuática.
Estos profesionales son esenciales para asegurar que los peces en granjas reciban la atención adecuada, lo que incluye no solo el tratamiento de enfermedades, sino también la implementación de prácticas de manejo que prevengan el sufrimiento innecesario y promuevan su bienestar general. La formación en este campo, como señalan, no solo debe enfocarse en aspectos clínicos, sino también en el desarrollo de sistemas sostenibles que equilibren la producción eficiente con el cuidado responsable del medio ambiente y los animales.
Además, se enfatiza la necesidad de promover la investigación y el desarrollo de tecnologías y prácticas que no solo mejoren la salud y el bienestar de los peces, sino que también minimicen el impacto ambiental de la acuicultura. Esto es particularmente importante en un contexto donde la sostenibilidad se ha convertido en una prioridad global, y la industria acuícola tiene el potencial de ser tanto una solución como un desafío en términos de sostenibilidad.
Por otro lado, el documento insta a los responsables de las políticas y a las organizaciones internacionales a desarrollar e implementar estándares de bienestar animal que sean reconocidos y aplicables a nivel global. Esto incluiría la creación de regulaciones más estrictas y detalladas que protejan a los peces en todas las etapas de la producción acuícola, desde su cría hasta su sacrificio. La armonización de estos estándares a nivel mundial facilitaría un enfoque más coherente y efectivo para abordar las necesidades de bienestar de los peces cultivados.
Finalmente, se hace un llamado a la inversión en programas educativos y de capacitación que fortalezcan las capacidades en medicina veterinaria acuática. A través de una formación adecuada, los veterinarios podrán desempeñar un papel crucial no solo en la atención clínica de los peces, sino también en la promoción de prácticas de manejo que aseguren su bienestar a largo plazo, contribuyendo así a una industria acuícola más ética y sostenible.
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