La Herramienta de Evaluación de la Vigilancia (Surveillance Evaluation Tool) diseñada por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), ha sido aplicado por primera vez en acuicultura, específicamente para la vigilancia de enfermedades en la piscicultura española.
Esta herramienta diseñada para el sector ganadero, permite a los países analizar la efectividad de sus sistemas de vigilancia sanitaria, identificar fortalezas y debilidades, y desarrollar en consecuencia planes de acción específicos para mejorar la detección temprana y la respuesta a brotes de enfermedades.
La aplicación de esta herramienta, según desvela un reciente artículo publicado en la revista científica Frontiers in Veterinary Science, revela “diferencias significativas” en comparación con su uso en ganadería. Como explican, la vigilancia sanitaria en acuicultura ha mostrado una mayor variabilidad en su implementación dependiendo de la especie piscícola, con una cobertura más completa y estructurada en especies dulceacuícolas, como la trucha arcoíris, frente a especies marinas como la lubina y la dorada.
Una de las principales diferencias encontradas es que, mientras la vigilancia en ganadería generalmente se enfoca en enfermedades notificables bien establecidas que afectan al ganado, en acuicultura la falta de enfermedades notificables específicas para algunas especies marinas ha hecho que la vigilancia se concentre más en la detección de mortalidades anormales y enfermedades emergentes, para las cuales aún no existen metodologías estandarizadas.
Esta diferencia, como señalan, resalta la necesidad de adaptar los sistemas de vigilancia a las particularidades de cada sector y especie, asegurando que todos los riesgos potenciales para la salud animal sean gestionados de manera adecuada y efectiva.
Los investigadores, procedentes de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Zaragoza y de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), así como de otras instituciones colaboradoras, encontraron que tanto en la vigilancia de la trucha, como en las especies marinas dorada y lubina, hay limitaciones en la comunicación externa y evaluación interna. Esto sugiere una necesidad de mejorar el intercambio de información entre autoridades competentes y los diversos actores involucrados, como productores, laboratorios y centros de investigación.
El estudio también recomienda que se refuercen los planes de vigilancia para especies marinas a nivel nacional, implementando metodologías estandarizadas para la detección de enfermedades emergentes y mortalidades anormales, y mejorando la comunicación y coordinación entre las distintas administraciones y actores del sector.
Los investigadores también han observado que la administración y regulación de la vigilancia en la salud animal en acuicultura en España es compleja, debido a la división de responsabilidades entre diferentes niveles nacional, autonómico y local, lo que puede afectar a la uniformidad y efectividad de las acciones de vigilancia y respuesta.