
Huelva 28/10/2015 – La investigadora del Laboratorio de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Huelva (UHU), Rosa León, llevó al XV Congreso Nacional de Acuicultura (XVCNA), un novedoso trabajo sobre el potencial de la transgénesis de microalgas, de manera que se puedan obtener de éstas mayores concentraciones de compuestos útiles para acuicultura, cosmética, o la producción de biocombustibles.
De esta manera, al conseguirse un abaratamiento de los costes de producción, se podrían hacer rentable la producción de microalgas, un negocio que actualmente en el mundo genera 5.000 toneladas métricas de fitoplancton, con un valor superior a los 1.000 millones de euros.
El estudio presentado por Rosa León ha mostrado cómo se ha manipulado la ruta de síntesis de los carotenoides en la especie Chlamydomonas reinhardtii. Para ello se aislaron a partir de otras microalgas, dos genes específicos de la mencionada ruta. El gen que codifica la enzima β-caroteno oxigenasa se obtuvo de la especie Haematococcus pluvialis, mientras que codifica la enzima fitoeno sintasa se obtuvo de la especie Dunaliella salina.
Una vez averiguada la funcionalidad de los genes aislados, estos se introdujeron en el núcleo de la microalga Chlamydomonas reinhardtii. Este proceso, que técnicamente se denomina transformación, permitió la obtención de cepas con un contenido en carotenoides hasta dos veces superior en violaxantina, luteína y β-caroteno.
Además también se obtuvo la producción en estas cepas de cetocarotenoides, normalmente no presentes en la estirpe silvestre.
Según lo reportado por León, estos resultados fueron mejorados gracias a la colaboración con la compañía PhycoGenetics de Aljaraque, Huelva.
En este trabajo, la empresa aportó a la investigación la preparación de un nuevo y más eficaz plásmido de expresión microalgal. El plásmido puede definirse como una herramienta hecha de ADN que sirve para vehicular los transgenes, es decir los genes procedentes de H. pluvialis y D. salina al nucleo de C. reinhardtii.
De este modo el plásmido hace que estos genes se expresen, y además, confiere a las cepas transformadas la capacidad de resistir al antibiótico paramomicina.
Esta resistencia permite mantener la cepas de C. reinhardtii en condiciones selectivas. Es decir, en cultivos aptos solo para las células que contienen el plásmido, evitando las contaminaciones por otras cepas no transformadas.
Según explicó la investigadora, este nuevo plásmido permitiría la expresión simultánea de varias enzimas, y en un futuro, el control de la expresión de rutas metabólicas completas en microalgas.
León concluyó su presentación con una revisión de la normativa actualmente en vigor en España sobre organismos genéticamente modificado y evidenció la viabilidad en este sentido del empleo de las microalgas transgénicas como aditivos en la industria acuícola.