
Chiclana de la Frontera 7/01/2020 – La llegada del nuevo año es un asunto relativo al calendario, aunque para muchos de nosotros tiene un significado simbólico y sirve para marcar el final de una etapa y también una buena ocasión para renovarse.
Como viene siendo habitual en los últimos años es el momento de hacer balance y previsiones. En este sentido la Asociación de Empresas de Acuicultura de España (APROMAR) ha aprovechado para hacer lo propio, repasando lo malo, bueno y lo que está por esperar.
Por lo que respecta a 2020 desde APROMAR señalan que ha sido el año en el que la pandemia ha demostrado que hay que tomar en consideración al sector acuícola como “esencial” para el aprovisionamiento de alimentos a la sociedad. También ha servido para demostrar cómo la “totalidad de las empresas se mantuvieron activas”. Sin embargo, destacan desde la Asociación, “las complicaciones operativas y la volatilidad de los mercados han sido retos difíciles de superar”.
En la parte negativa destacan el significativo impacto dejado en el sector acuícola por el cese en buena parte del año de la actividad del canal HORECA (Hostelería, Restauración y Catering), en buena parte por su dependencia al turismo y en el que la comercialización de los productos acuícolas se ha visto afectada.
Según señalan, los precios de las distintas especies han sufrido el impacto de la crisis de manera dispar. “Los precios de primera venta han caído en todos los casos, pero son especialmente bajos en el caso de la dorada debido a importaciones masivas a precios muy bajos desde Turquía y Grecia. Mientras que los bajos precios del salmón en Noruega han afectado directamente al de la trucha arcoíris cultivada en España”.
Pero la pandemia no ha sido lo peor que le ha ocurrido a la acuicultura en 2020, sin duda, el paso del temporal Gloria en enero de 2020 ha sido uno de los acontecimientos naturales más desastrosos de los últimos años en la Comunidad Valenciana y la Región de Murcia con cuantiosas pérdidas productivas y de instalaciones “que llevará varios años” para recuperar.
El marco Administrativo en el que se desenvuelve la acuicultura española sigue siendo uno de los peores lastres de la actividad para APROMAR que destaca, dentro de lo peor, la consideración de la acuicultura continental al mismo nivel que los campos de Golf en los usos del agua, en lugar de estar al mismo nivel que las actividades agrícolas o ganaderas.
Esta circunstancia viene de lejos y solo ha podido corregirse, como señalan, en la cuenca del Guadalquivir. Para el resto de las Confederaciones Hidrográficas la acuicultura “es poco más que un usuario incómodo”. Sin embargo, destacan desde APROMAR, “seguiremos perseverando en 2021 para revertir esta injusta situación”.
Por otra parte, y dentro de este repaso de la situación administrativa de la acuicultura en España desde APROMAR destacan cómo el proyecto de ley para el Cambio Climático y la Transición Energética “introduce sibilinamente” una modificación del régimen concesional de la Ley de Costas que acorta sustancialmente el tiempo que una misma granja de acuicultura podrá ocupar el mar. En APROMAR, no obstante, se muestran confiados que esta referencia “será eliminada” del proyecto de ley.
En lo positivo la resiliencia del sector y el buen funcionamiento del canal minorista que, incluso, han absorbido parte de las ventas que solían realizarse en HORECA.
Por su parte, las distintas Consejerías de Pesca de las Comunidades Autónomas han comenzado a publicar las convocatorias de ayudas con medidas compensatoria para paliar parcialmente las pérdidas sufridas por la Covid-19. A pesar que desde APROMAR se considera que son condiciones de elegibilidad “razonables”, tanto el monto de las ayudas individuales ha sido calificado como “insuficiente debido a las exiguas cantidades totales de los fondos”.
Finalmente sobre los asuntos que ocuparán a la Asociación este año están seguir desarrollando el Plan Estratégico de Comunicación de Acuicultura (PLECA), cuyo objetivo es el de mejorar la imagen de la acuicultura española como actividad sostenible y la reputación de sus productos; la promoción de Crianza de Nuestros Mares como marca colectiva; y el Convenio Colectivo de Acuicultura Marina, que aunque el 31 de diciembre finalizó el periodo temporal previsto seguirá vigente hasta que se alcance la firma del próximo.