
El centro tecnológico AZTI ha patentado un innovador sistema de sexado temprano de esturiones que permitirá a las empresas acuícolas mejorar la eficiencia en la producción de caviar. Basado en un análisis genético por PCR a Tiempo Real, el método permite identificar el sexo de los esturiones a edades tan tempranas como 1-2 años, reduciendo costes y aumentando la sostenibilidad del cultivo.
Acortar el momento en el que se puede saber el sexo de los esturiones es de gran importancia para los productores ya que el caviar se obtiene exclusivamente de los huevos de las hembras, por lo que una correcta identificación del sexo desde fases juveniles es clave para evitar la cría innecesaria de machos, que no aportan valor comercial en este proceso. Hasta ahora, esta identificación se realizaba mediante técnicas ecográficas, más invasivas y aplicables solo en fases avanzadas del desarrollo.
Con el nuevo sistema, desarrollado con la colaboración de Caviar Riofrío (Grupo Osborne), basta una muestra mínima de tejido o sangre para realizar el análisis, lo que permite adaptar el manejo y la alimentación desde etapas tempranas. Esto se traduce en una optimización de los recursos, una mejora en la maduración de las hembras y, por tanto, un aumento en la rentabilidad.
“El sector necesitaba una solución eficiente y precisa que permitiera determinar el sexo de los esturiones en fases tempranas. Con esta herramienta facilitamos la producción de caviar de forma más eficiente y sostenible”, afirma Miguel Ángel Pardo, investigador experto en trazabilidad y genética alimentaria de AZTI.
La tecnología ha sido validada con éxito en 296 muestras de varias especies de esturión y se encuentra protegida por una solicitud de patente.
Este avance tecnológico se alinea con los objetivos de sostenibilidad del sector, al reducir significativamente el uso de recursos en la fase de engorde. Se trata de una innovación con potencial de impacto en toda la cadena de valor del caviar, especialmente relevante para criadores europeos de especies como Acipenser baerii o Acipenser naccarii, en las que la madurez sexual puede tardar hasta una década.