DIVULGACIÓN

Aceite de canola modificado genéticamente como futuro ingrediente de acuicultura

Las investigaciones apuntan a que se trata de un buen ingrediente capaz de sustituir completamente el aceite de pescado

Campo canola en EEUU

La falta de expectativas a que la producción mundial de aceite de pescado de origen extractivo crezca está animando a los científicos y a la industria de piensos para acuicultura a buscar todo tipo de alternativas capaces de reemplazar este preciado recurso. Dentro de la lista de nuevos ingredientes que pueden realizar un papel similar al del aceite de pescado destaca la canola modificada genéticamente, una planta terrestre con capacidad para producir aceites ricos en Omega-3 EPA y DHA.

Esta planta fue modificada por primera vez por Monsanto para ser resistente al herbicida Glisofato. Hoy en día más del 90% de los cultivos de canola de Estados Unidos de América son OGM. Posteriormente, nuevas modificaciones genéticas hicieron que esta planta sea productora de aceite rico en EPA y DHA.

Aunque actualmente se utiliza en piensos de animales terrestres, al tratarse de un nuevo ingrediente para la acuicultura, es necesaria su evaluación in vivo en dietas de peces y mariscos. Algo que ya se viene haciendo con el salmón desde hace unos años, y más recientemente con los langostinos.

Además de los aspectos nutricionales asociados a este aceite, es importante tener en cuenta otros relativos a su cualidad sensorial del ingrediente como, por ejemplo, la palatabilidad. En este sentido, los distintos estudios realizados hasta la fecha confirman que no hay diferencias en la aceptabilidad por parte de los peces y crustáceos a este nuevo ingrediente y, por tanto, no se vio afectado el rendimiento del crecimiento o la supervivencia.

En el caso específico de los langostinos se ha visto que dietas basadas en aceite de canola modificada pueden ser eficientes siempre y cuando se complementen con un cultivo en agua verde que permita a estos crustáceos consumir parte de las microalgas ricas en ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga.

Si queremos reducir la presión de los recursos silvestres tendremos que tener una mentalidad abierta al uso de la tecnología para producir nuevos ingredientes utilizando para ello todas las herramientas a nuestra mano.

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