
La acuicultura bioextractiva es la forma en la que se denomina la técnica para la recuperación de nutrientes en aguas residuales en forma de nuevos productos biotecnológicos, fertilizantes o alimentarios.
En una fase primaria, la bioextracción se realiza a través de algas y microalgas que obtienen en nitrógeno y el fósforo para aumentar su biomasa y presenta muchas ventajas que poco a poco se van descubriendo.
Bajo las condiciones correctas, la acuicultura bioextractiva para producir biomasa algal permite reducir la toxicidad del agua residual y la ecotoxicidad del medio marino y del agua dulce.
Se trata de una forma excelente de reducir la eutrofización costera que viene provocada principalmente por la actividad agricultura, que es considerada como principal causa de esta eutrofización en ríos, arroyos y estuarios.
Acoplar la acuicultura bioextractiva en procesos terciarios de depuración permite alcanzar los objetivos de captura de nitrógeno de nivel 2 aunque está asociado con costes económicos adicionales e impactos ambientales por el uso de energía para el secado de las algas y las infraestructuras de mantenimiento. Por eso es importante que la relación coste – beneficio sea favorable. Todo va a depender de la especie que se cultive y el uso final que se le de a esta biomasa.
Tomando como ejemplo un estudio técnico - económico llevado a cabo en el estado de Main, en Estados Unidos, el coste de mantener una instalación de recuperación avanzada de nutrientes de recursos hídricos de 5,4 hectáreas en las que se cultivaron dos tipos de algas, Saccharina latissima y Gracilaria tikvahiae, se estimó en 0,31 dólares metro cúbico de aguas residuales tratadas.
El beneficio de cultivar estas algas en función de estos costes se estimó en 0,72 dólares por kilogramo de peso seco para consumo humano.
Si, por el contrario, su uso es en fertilizantes, pasa a 0,26 metro cúbico. En el caso de la digestión anaerobia de esta biomasa para producir biogás, el coste del tratamiento se situó en 0,499 dólares metro cúbico de aguas residuales tratadas.
Para que la acuicultura bioextractiva tenga éxito es importante también estudiar adecuadamente las relaciones y los nexos de seguridad alimentaria, energética e hídrica.
Las investigaciones que se realicen en este campo deben incluir también la evaluación del ciclo de vida y análisis tecno económico. Es importante también si el destino de la biomasa se quiere que sea para alimentación humana, contemplar la posibilidad de una peor percepción del consumidor que puede hacer caer el precio de mercado del producto final.
La acuicultura bioextractiva es la forma en la que se denomina la técnica para la recuperación de nutrientes en aguas residuales en forma de nuevos productos biotecnológicos, fertilizantes o alimentarios.
En una fase primaria, la bioextracción se realiza a través de algas y microalgas que obtienen en nitrógeno y el fósforo para aumentar su biomasa y presenta muchas ventajas que poco a poco se van descubriendo.
Bajo las condiciones correctas, la acuicultura bioextractiva para producir biomasa algal permite reducir la toxicidad del agua residual y la ecotoxicidad del medio marino y del agua dulce.
Se trata de una forma excelente de reducir la eutrofización costera que viene provocada principalmente por la actividad agricultura, que es considerada como principal causa de esta eutrofización en ríos, arroyos y estuarios.
Acoplar la acuicultura bioextractiva en procesos terciarios de depuración permite alcanzar los objetivos de captura de nitrógeno de nivel 2 aunque está asociado con costes económicos adicionales e impactos ambientales por el uso de energía para el secado de las algas y las infraestructuras de mantenimiento. Por eso es importante que la relación coste – beneficio sea favorable. Todo va a depender de la especie que se cultive y el uso final que se le de a esta biomasa.
Tomando como ejemplo un estudio técnico - económico llevado a cabo en el estado de Main, en Estados Unidos, el coste de mantener una instalación de recuperación avanzada de nutrientes de recursos hídricos de 5,4 hectáreas en las que se cultivaron dos tipos de algas, Saccharina latissima y Gracilaria tikvahiae, se estimó en 0,31 dólares metro cúbico de aguas residuales tratadas.
El beneficio de cultivar estas algas en función de estos costes se estimó en 0,72 dólares por kilogramo de peso seco para consumo humano.
Si, por el contrario, su uso es en fertilizantes, pasa a 0,26 metro cúbico. En el caso de la digestión anaerobia de esta biomasa para producir biogás, el coste del tratamiento se situó en 0,499 dólares metro cúbico de aguas residuales tratadas.
Para que la acuicultura bioextractiva tenga éxito es importante también estudiar adecuadamente las relaciones y los nexos de seguridad alimentaria, energética e hídrica.
Las investigaciones que se realicen en este campo deben incluir también la evaluación del ciclo de vida y análisis tecno económico. Es importante también si el destino de la biomasa se quiere que sea para alimentación humana, contemplar la posibilidad de una peor percepción del consumidor que puede hacer caer el precio de mercado del producto final.