El sector de las algas tiene gran importancia económica en Chile y, aunque existen desafíos en forma de riesgos de producción y barreras de entrada, la oportunidad de crecimiento y desarrollo es enorme.
Debido a que la mayor parte de esta producción, el 91%, viene de cosechas silvestres, esta producción puede oscilar entre las 300.000 y 500.000 toneladas, dependiendo del año. El valor El valor económico de esta producción es relevante y representa el 11% de los desembarques de pesca, con volúmenes que oscilan entre estas cifras mencionadas, destacando la importancia económica de la acuicultura y su potencial de expansión.
El gobierno chileno, consciente de la gran oportunidad de desarrollar el cultivo de algas en el sur del país, tal y como sucede en los principales países productores ubicados en Asia, puso en marcha en 2016 la “ley de bonificación para el cultivo o repoblación de algas”. Esta ley crea un marco legal que permite el diseño de incentivos económicos destinados a financiar parcialmente proyectos que promuevan el aumento y la recuperación de las poblaciones de algas, ofreciendo así una oportunidad para mitigar algunas de las barreras que enfrenta el sector para su expansión.
La exposición a robos, como señalan los investigadores César Salazar, Marcela Jaime, Roberto Cárdenas y Francisco Hernández en un trabajo publicado en la revista científica Aquaculture Economics & Management se han convertido en uno de los mayores riesgos socioeconómicos de la acuicultura de algas. Esta situación aparece como una de las causas principales de pérdidas de producción en el sector.
Por otro lado, para los investigadores la mano de obra necesaria y los costes de energía son recursos que no siempre pueden ser utilizados de manera eficiente o efectiva. Especialmente si la mano de obra no está bien capacitada para manejar eventos ambientales adversos o si el aumento de la energía se utiliza para intensificar la vigilancia sin mejorar la producción.
El tamaño de la granja medida en hectáreas y la inversión en herramientas pueden disminuir la viabilidad de la producción. Se ha observado en el estudio que un mayor tamaño de granja está asociado con una menor variabilidad de la producción, lo cual puede ser debido a que granjas más grandes pueden manejar mejor las fluctuaciones en las condiciones de cultivo. Además, una mayor inversión en equipos y tecnología puede permitir un control más efectivo sobre el proceso de producción, ayudando a mantener la estabilidad durante cada ciclo de producción y, por lo tanto, reduciendo riesgos.
Los investigadores presentan por tanto una perspectiva moderadamente optimista respecto a la expansión de la acuicultura de algas en el país. Como señalan, existen grandes oportunidades para este crecimiento, particularmente porque muchas áreas concesionadas no están siendo completamente explotadas.
Para ello, aclaran, deben adoptarse nuevas tecnologías y el uso de incentivos económicos, como los propuestos en la Ley, los cuales podrían tener efectos positivos en la actividad.