Las aguas de rechazo de las desaladoras, conocidas como salmuera, pueden ser un medio de cultivo interesante para el cultivo de macroalgas, ya que estas contienen una alta concentración de nutrientes como nitratos y fosfatos.
Este tipo de iniciativa innovadora ha estado liderado principalmente por Israel y, entre otros, destacan el proyecto SeaBrine, así como otro llevado a cabo en este país donde los investigadores utilizaron esta salmuera para el cultivo de Ulva y Gracilaria.
Ahora, en España, el proyecto ALGASAL+, que ha puesto en marcha un consorcio liderado por el Instituto Tecnológico de Canarias (ITC), el Banco Español de Algas, vinculado a la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y la Universidad de Almería, busca aprovechar las aguas de rechazo de desaladoras como medio de cultivo de macroalgas nativas para su uso en la industria alimentaria.
Esta iniciativa, financiada por la Unión Europea a través del Fondo Europeo Marítimo, de Pesca y de Acuicultura (FEMPA) y con el apoyo de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica, tiene como objetivo valorizar este subproducto de la desalación, promoviendo la sostenibilidad y creando nuevas oportunidades industriales.
El proyecto ALGASAL+, que comenzó con una reunión de lanzamiento en Gran Canaria, busca cultivar algas como la Ulva, conocida como 'lechuga de mar', en condiciones de hipersalinidad, aprovechando la salmuera como recurso hídrico alternativo.
Esto no solo tiene el potencial de reducir el impacto ambiental de la desalación, sino también de generar biomasa con valor nutricional, útil para la industria alimentaria y sectores como la nutracéutica.