Las algas verdes tienen el potencial de convertirse en una fuente valiosa para el desarrollo de productos innovadores que beneficien tanto la salud humana como el medio ambiente. Aunque los desafíos de pureza y composición siguen siendo barreras a superar, el creciente interés en estas biomoléculas sugiere que estamos en el umbral de una nueva era en la biotecnología marina.
Un estudio recientemente publicado en Bioresources and Bioprocessing, ha destacado los notables avances en la investigación de sus polisacáridos y oligosacáridos de estas algas, específicamente su estructura, extracción y potencial aplicación en la industria alimentaria, farmacéutica y agrícola.
Los investigadores destacan de las algas verdes su valía por sus propiedades excepcionales. Por ejemplo, la ulvana extraída de la Ulva y Enteromorpha, es un potente antioxidante, lo que convierte este extracto en un ingrediente atractivo en el desarrollo de suplementos dietéticos y productos anti-envejecimiento.
Estos compuestos, como explican, pueden eliminar radicales libres y mejorar la actividad de enzimas antioxidantes endógenas, como la catalasa y el superóxido dismutasa, que son esenciales para reducir el daño celular causado por el estrés oxidativo.
Un ejemplo es el uso de polisacáridos en la formulación de suplementos para personas con enfermedades cardiovasculares o inflamatorias, donde su capacidad antioxidante puede mitigar los efectos del envejecimiento celular.
En el ámbito farmacéutico, los polisacáridos de algas verdes tienen un gran potencial debido a su actividad anticoagulante, que podría ser utilizada en la prevención de trombosis. A diferencia de medicamentos como la heparina, que pueden causar efectos secundarios graves, como sangrado excesivo, los polisacáridos extraídos de Ulva y Enteromorpha ofrecen una alternativa natural con menos efectos adversos.
Un estudio citado en la investigación mostró que estos compuestos podían prolongar el tiempo de coagulación en pruebas de laboratorio sin los efectos secundarios de los anticoagulantes tradicionales, lo que podría revolucionar los tratamientos para pacientes con riesgo de coágulos sanguíneos.
Otro ejemplo clave es su potencial antiviral. Se ha descubierto que los polisacáridos sulfatados de algas verdes inhiben la entrada de virus como el herpes simple y el SARS-CoV-2 en células huésped, lo que podría impulsar el desarrollo de nuevos tratamientos antivirales. Un estudio reciente mencionó que el uso de ulvana para prevenir la entrada del virus en las células podría convertirse en una barrera efectiva contra infecciones virales, ofreciendo una esperanza en la lucha contra pandemias globales.
A pesar del inmenso potencial de las algas verdes, su aprovechamiento completo enfrenta desafíos. Uno de los principales es la variabilidad en la composición química de los polisacáridos, que depende en gran medida de factores como la especie de alga, las condiciones de cultivo y la época de cosecha. Por ejemplo, la ulvana extraída en diferentes meses puede variar significativamente en su contenido de glucosa y ácido urónico, lo que afecta su eficacia en aplicaciones terapéuticas.
Además, la extracción de polisacáridos de alta pureza sigue siendo un reto técnico y económico. La presencia de impurezas y proteínas en los extractos crudos puede reducir su efectividad y aumentar los costos de producción. Para enfrentar este desafío, los investigadores están trabajando en métodos de purificación más eficientes, como la cromatografía de intercambio iónico y la ultrafiltración, para asegurar que los polisacáridos alcanzan los niveles de pureza necesarios para su uso en la industria farmacéutica y alimentaria.