Análisis del Ciclo de Vida aplicado a los productos del mar

El Análisis del Ciclo de Vida (ACV) es una metodología que evalúa los impactos ambientales asociados con todos los pasos de la vida de un producto, desde la extracción de materias primas hasta su disposición final. Aplicado a los productos del mar, este tipo de Análisis proporciona una visión completa que incluyen la huella de carbono, el uso del agua, la contaminación del agua y el aire, y la degradación de hábitats.

Esto permite identificar áreas críticas donde se pueden implementar mejoras para reducir este impacto y ayuda a promover la sostenibilidad en la industria pesquera y acuícola.

El análisis del ciclo de vida no solo se centra en el cultivo, analiza de manera integral todo el proceso, desde la extracción a su procesado y distribución. Al identificar áreas clave, permite la toma de decisiones de manera informada hacia prácticas sostenibles y responsables.

La aplicación de este tipo de Análisis ha permitido establecer que, por ejemplo, el cultivo de algas Kelp es significativamente mas bajo en emisiones de gases efecto invernadero en comparación con otras fuentes de proteína. Lo mismo se ha observado en lo relativo a mejillones y ostras, no solo en la emisión de gases efecto invernadero, también en el uso de tierra.

En ambos casos el hecho de que no se requiera alimentación externa, aprovechando los nutrientes disponibles en el agua ayuda a convertirlos en una opción sostenible.

En el caso del cultivo de salmón Atlántico, este tipo de análisis permite establecer el impacto del cultivo en sistemas de recirculación o en jaulas en el mar.

De una parte, los sistemas de recirculación ofrecen mayores posibilidades para el control ambiental y la bioseguridad. Sin embargo, implican costos operativos y de inversión más elevados. Por otro lado, las jaulas en mar abierto ofrecen una opción de menor costo inicial y operativo, pero presentan mayores desafíos en términos de impacto ambiental y riesgo de interacciones negativas con ecosistemas locales.

En el caso de los langostinos, se puede establecer el coste ambiental de convertir manglares en granjas, el uso de la energía y el manejo de los subproductos.

Por eso, y aunque no existe sistema que esté exento de retos y oportunidades, la decisión final va a depender de cuál equilibre mejor la viabilidad económica con la responsabilidad ambiental y social.

Con la digitalización de datos, el Big Data y la Inteligencia Artificial, se mejorará la precisión de los análisis y se facilitará la identificación de oportunidades para la optimización de recursos y la reducción de impactos ambientales.