
Los presupuestos del próximo año de la Junta de Andalucía incluyen una partida de 15 millones de euros para el impulso de la acuicultura, un 9,5% más que en 2021. En total, según indicó la consejera de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural de Andalucía, Carmen Crespo, los Presupuestos de 2022 incluyen una partida “récord” de 70,6 millones de euros para respaldar la actividad pesquera y acuícola en la comunidad autónoma.
Esta cantidad, según señaló Crespo, supone un incremento del 5,6% en comparación con 2021 y del 11,3% con respecto a 2018. “Una gran cantidad de recursos económicos que dedicamos a un sector vulnerable que necesita estos fondos para diversificarse”, ha comentado la consejera.
El anunció se produjo en comisión parlamentaria de presentación del presupuesto de su departamento en 2022.
Entre otros objetivos, los fondos previstos para el sector pesquero y acuícola se invertirán en la mejora de los puertos pesqueros, a impulsar la Plataforma Tecnológica de la Pesca y la Acuicultura, a continuar con el proyecto Ecomares, a respaldar la actividad de los Grupos de Acción Local del Sector Pesquero GALP y a prestar apoyo al sector pesquero en los caladeros.
Unos presupuestos más “verdes” que tienen como novedad, incorpora una nueva partida para apoyar iniciativas encaminadas a limitar el impacto de la actividad pesquera en los fondos marinos, dotada con 740.000 euros, y para la creación del nuevo Centro Andaluz de Control y Calidad de los Recursos Pesqueros.
Asimismo, la consejera de Desarrollo Sostenible ha explicado que el proyecto de Presupuestos del Gobierno andaluz para 2022 contempla 320 millones de euros para las principales partidas que permitirán a la Comunidad Autónoma continuar avanzando en la Revolución Verde de Andalucía. Concretamente, estos fondos se destinarán a medidas cuyo objetivo es impulsar la lucha contra el cambio climático, la economía circular y la calidad ambiental. Al respecto, Carmen Crespo ha resaltado especialmente la inversión de 13,5 millones prevista en infraestructuras para adaptación al cambio climático, que “supone también empleo verde para nuestra tierra”.