
El uso de aceites vegetales como fuente de enriquecimiento en presas vivas podría convertirse en una estrategia sostenible, rentable y eficaz en acuicultura. Así lo demuestra un reciente estudio publicado en Comparative Biochemistry and Physiology Part B, donde se confirma que Artemia franciscana tiene una notable capacidad para modificar su perfil de ácidos grasos en respuesta a aceites de origen vegetal.
Así lo han demostrado Seyed-Mohammadreza Samaee de la Universidad de Urmia en Irán y Alicia Estévez del IRTA – San Carlos de la Rápita en España, que han evidenciado en un estudio cómo la Artemia franciscana, uno de los cultivos auxiliares más utilizados en larvicultura marina, modifica su metabolismo lipídico al ser alimentada con aceites vegetales, lo que ayudaría a reducir la dependencia de insumos marinos como los aceites de pescado, de disponibilidad limitada y coste creciente.
Según los autores de este trabajo, algunos ácidos grasos esenciales omega-3 como el ácido eicosapentaenoico (EPA) y el omega-6 ácido araquidónico (ARA), aumentan durante el desarrollo de la Artemia incluso en ausencia de fuentes marinas directas. Esta síntesis de novo indica una plasticidad metabólica significativa, que permitiría personalizar el perfil lipídico del alimento vivo según las necesidades de las especies de cultivo.
Los autores también desarrollaron modelos estadísticos que revelan asociaciones lineales entre precursores y productos lipídicos dentro de los grupos analizados, lo que respalda científicamente la capacidad de biosíntesis adaptativa de estos organismos en condiciones controladas.
El experimento: aceites de oliva como alternativa para el enriquecimiento
Para llevar a cabo el estudio, los investigadores emplearon aceites de oliva virgen extra procedentes de tres cultivares monovarietales locales: Koroneiki (Kor), Parseh (Par) y Arghavan (Arg). Estos aceites fueron preparados en forma de emulsión con lecitina y agua, y posteriormente utilizados para enriquecer nauplios de Artemia durante 36 horas.
Se trabajó con cinco grupos experimentales: Artemia recién eclosionada (AN0), Artemia en ayuno durante 36 horas (AN36), y tres grupos enriquecidos con cada uno de los aceites (ANKor, ANPar y ANArg). La emulsión se añadió al cultivo cada 12 horas, y se estimó que la cantidad administrada era suficiente para llenar por completo los intestinos de los 200.000 nauplios presentes en cada ensayo.
Al comparar los distintos grupos, se observó que ciertos ácidos grasos aumentaban significativamente entre los nauplios recién eclosionados y los mantenidos en ayuno, lo que ya indicaba una síntesis lipídica activa incluso en ausencia de alimento. Tras la administración de aceites vegetales, se registraron nuevas modificaciones en los perfiles lipídicos, confirmando la capacidad del Artemia para asimilar, transformar y acumular ácidos grasos funcionales.