
La Plataforma Stella Mare de la Universidad de Córcega se convierte en uno de los tres laboratorios en el mundo en obtener juveniles de langosta roja (Palinurus elephas), lo que representa un importante avance científico y técnico para la domesticación de la especie. Se espera que este avance científico tenga “impacto ecológico, económico y patrimonial en Córcega y más allá”.
Se trata de la primera experiencia exitosa de unos ensayos que comenzaron a principios de año. En menos de 3 meses, exactamente 83 días después de la eclosión, según señalan desde la Universidad, se obtuvieron 83 langostas juveniles. La prueba alcanzó una tasa de supervivencia larvaria de 50% al día 43 después de la eclosión.
A fin de controlar la reproducción todavía se hacen necesarios eliminar varios obstáculos técnicos que han ido apareciendo. La mayor complejidad para la producción de este crustáceo se encuentra en el número y la fragilidad de los estadios larvales, a los que se añaden la duración de la cría, la dieta y las limitaciones sanitarias del proceso.
La langosta roja con una distribución que abarca aguas que van desde Noruega hasta Mauritania, y especialmente en el Mediterráneo, está clasificada como “especie vulnerable” en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). También está incluida en el anexo de la convención de Barcelona, en el que se listan las especies cuya explotación está regulada, y de la convención de Berna, especies de fauna protegida.
Córcega y Cerdeña son dos de las mayores pesquerías de langosta roja en el Mediterráneo. Por su elevado precio, de 50 a 100 euros el kilo, la pesquería se ha ido reduciendo de tamaño.