A pesar de los grandes logros alcanzados en estos años en la domesticación de la dorada como especie piscícola en el Mediterráneo, avanzando en el conocimiento de las características biológicas y funcionales de la especie, especialmente en términos de reproducción y supervivencia, las condiciones en las instalaciones de cría aún deben mejorarse, lo que resulta en desafíos frecuentes y pérdidas económicas significativas.
Así lo destacan investigadores de la Universidad de Messina, en Italia, en una reciente revisión en la revista científica Marine Science and Engineering bajo el título “Review on Gilthead Seabream (Sparus aurata) Aquaculture: Life Cycle, Growth, Aquaculture Practices and Challenges”.
La dorada destaca como una especie clave en la acuicultura mediterránea, superando a muchas otras, y ha sido objeto de investigación durante muchos años. Ocupa el puesto 33 entre los peces más cultivados en el mundo. El tamaño de mercado óptimo de la dorada, que varía entre 300 y 500 gramos, se alcanza en un período de 18 a 24 meses, dependiendo de las condiciones de crianza.
Su potencial económico es evidente y se refleja en las exportaciones mundiales de 2018, que alcanzaron las 130.042 toneladas con un valor de 653 millones de dólares, y en las importaciones de 100.584 toneladas valoradas en 532 millones de dólares.
Uno de los aspectos más destacados de la dorada es su capacidad de crecimiento indeterminado, lo que significa que su masa muscular aumenta a través de la hiperplasia y la hipertrofia. Se trata, por tanto, de una especie cuyas condiciones de producción están bien controladas. A pesar de los avances, las condiciones de los centros de reproducción, o criaderos, aún presentan desafíos significativos, lo que resulta en pérdidas económicas frecuentes.
Por lo tanto, como señalan los autores de este trabajo, el propósito principal de la revisión es examinar y aclarar los aspectos intrincados relacionados con el ciclo de vida de la dorada, su dinámica de crecimiento, las metodologías de acuicultura y los desafíos asociados.
Varios son los aspectos para trabajar en la mejora y la rentabilidad de la producción de la especie. Una de ellas es la calidad morfo-anatómicas y organolépticas de los alevines para que se asemejen estrechamente a los peces silvestres. Este objetivo sigue estando en la mira de los productores, ya que son la referencia de calidad del consumidor.
Diversos estudios informan que las anomalías morfológicas afectan hasta un 80% de la producción de alevines, lo que causa pérdidas económicas significativas en la industria. Estas anomalías a lo largo del proceso de crianza terminan afectando la supervivencia, el crecimiento, el rendimiento biológico y la calidad de los peces, así como la percepción general de los consumidores sobre el pescado y, por lo tanto, la eficiencia económica.
Otra, las condiciones de las instalaciones de cría. A pesar de los avances en las técnicas de cría, las condiciones de las instalaciones no son ideales. Las anomalías más frecuentes se registran al comienzo de la cría intensiva de dorada, mucho antes de que las deformidades osteológicas sean visibles externamente. Las deformidades esqueléticas solo se identifican visualmente una vez que los peces alcanzan un tamaño de más de 0,5 gramos. Los peces que presentan tales deformidades deben ser detectados y eliminados de inmediato, ya que competirán con los peces sanos por comida y espacio.
Los brotes de enfermedades infecciosas son otra amenaza importante para la industria de la acuicultura. La necrosis nerviosa viral (VNN) y enfermedades bacterianas y parasitarias, representan un riesgo significativo para la acuicultura de dorada.
La necrosis nerviosa viral, o encefalopatía y retinopatía virales, se ha convertido en una preocupación importante en la acuicultura mediterránea debido a su alta patogenicidad y afección neurológica, que puede causar un aumento en la mortalidad y un menor crecimiento de los peces.
También se han reportado brotes de enfermedades bacterianas como la pasteurelosis y enfermedades parasitarias como los gusanos de las branquias. Para abordar estos problemas, se han implementado programas de cría selectiva que mejoran el rendimiento de crecimiento, la morfología y la resistencia genética a patógenos en la dorada.
Para abordar estos desafíos, se están implementando programas de cría selectiva intensiva para la dorada. Estos programas buscan mejorar el rendimiento de crecimiento, la morfología y la resistencia genética a las enfermedades, han demostrado un alto valor en la mejora de la resistencia a enfermedades y el crecimiento de los peces.
Sin embargo, la aplicación de estos enfoques está condicionada por la variabilidad genética dentro de la especie. Es importante mantener suficiente variabilidad genética para lograr el éxito de los programas de cría selectiva.
La domesticación y mejora de la dorada representan una oportunidad emocionante para la industria de la acuicultura. A pesar de los desafíos, los beneficios económicos y la creciente demanda de pescado de alta calidad hacen que valga la pena continuar invirtiendo en la cría y mejora de esta especie. Con enfoque, investigación y colaboración continua, es posible lograr avances significativos en la acuicultura de dorada, lo que beneficiará tanto a la industria como a los consumidores que buscan opciones de alimentos marinos saludables y sostenibles.