
El Puerto de Santa María 30/10/2020 - Las incrustaciones de mejillones y algas y otros epibiontes, en las redes de cultivo, y que se conocen por el anglicismo biofouling representan sobrecostes a la actividad diaria de los viveros flotantes. Estas bioincrustaciones pueden reducirse a través del empleo de tratamientos químicos que son cuestionados por sus posibles implicaciones ambientales.
Con objeto de encontrar tratamientos sostenibles y efectivos, el Centro Tecnológico de Acuicultura de Andalucía (CTAQUA) ha sido beneficiario del proyecto FOULACTIVE de la convocatoria de Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica.
Como informa CTAQUA a través de su newsletter, los estudios sobre biofouling en instalaciones acuícolas se han centrado en conseguir un mayor conocimiento de los vegetales y animales, a través de una caracterización en base a los diferentes materiales y las condiciones ambientales del lugar donde presentan una mayor incidencia. Antes de iniciar cualquier estrategia antifouling en un vivero flotante, señalan, es prioritario conocer las alternativas para combatir el fouling, e identificar cuál es la más apropiada para un escenario específico.
En el marco de FOULACTIVE se realizará una recopilación de estudios del fouling y un análisis de todas las opciones disponibles, con el fin de que se defina una estrategia para seleccionar aquellos tratamientos más sostenibles, minimizando de este modo el impacto que pudiera ocasionar los tratamientos actualmente empleados en las empresas del sector. Por último, se desarrollará un tratamiento sostenible basado en la inclusión de nanopartículas de cobre en matrices plásticas.
Para este proyecto, cuyo inicio está previsto para la segunda quincena de noviembre, CTAQUA contará con la colaboración de APROMAR y CETGA.