Vilagarcía de Arousa 15/02/2021 – Las restricciones de la pandemia y de la caída de la economía han hecho que el producto certificado por la Denominación de Origen Protegida Mexillón de Galicia cayera en 2020 un 11,23 por ciento respecto a 2019.
Según datos aportados por la DOP Mexillón de Galicia, en 2020 se certificaron 49.610 toneladas de mejillón, de los cuales 46.153 fueron destinado a conservas, un 4,9 por ciento menos, y el resto, 3.457 toneladas a fresco.
La DOP Mexillón de Galicia justifica la caída por varias razones. Por un lado, la incidencia de la Covid-19 ha tenido una repercusión especial en el comportamiento expresado por los consumidores. Según señalan, “han sido muchos los que tomaron precauciones y redujeron la frecuencia con la que acudían a los establecimientos para proveerse de alimentos”. Esa nueva conducta, añaden, se evidenció igualmente en las prioridades a la hora de llenar la despensa.
En el caso concreto del mejillón, durante los meses de confinamiento, hubo una clara preferencia por los productos de mejillón elaborado, transformado, congelado o en conserva, frente al formato fresco, “de ahí que los registros de la transformación se hayan mantenido en rangos similares a los de anteriores ejercicios”. Esa predilección hacia alimentos menos perecederos tuvo su también su reflejo en el incremento experimentado en el consumo de pasta, arroces o legumbres.
Además del ámbito doméstico, un protagonismo muy relevante en el desempeño comercial de Mexillón de Galicia en sus varias presentaciones lo ostenta el consumo a través del canal HORECA (Hostelería, Restauración y Catering). El cierre de la hostelería y restauración supuso para la denominación de origen protegida una dificultad añadida para la salida normalizada de los productos del mejillón. A estas limitaciones hubo que añadir el cierre de fronteras de países habitualmente receptores del producto gallego en la fase de confinamiento inicial.
Por otro lado, al margen de la pandemia, 2020 no fue un año favorable para el mejillón en Galicia, y algunas de las causas que lo explican están relacionadas con dos episodios de mareas rojas inhabituales, una durante el mes de febrero y otra en abril que se prolongó hasta finales de mayo. También influyó el aumento de la temperatura en las aguas de las rías.