
Una investigación pionera liderada por científicos del Instituto de Investigaciones Marinas (IIM-CSIC) ha demostrado la viabilidad de producir probióticos marinos esenciales a un coste 371 veces menor que los métodos convencionales – medios de cultivo listos para usar o reactivos de grado laboratorio –, utilizando un recurso que hasta ahora representaba un problema de gestión: las aguas residuales, o de cola, del procesado de moluscos.
Estas aguas, que suelen proceder de las operaciones de manipulación industrial de moluscos (incluyendo cocción, desconchado y lavado), se caracterizan por ser subproductos líquidos ricos en nutrientes, conteniendo hasta 66 g/L de azúcares fermentables y 18 g/L de proteína soluble.
El estudio, que ha sido llevado a cabo por los investigadores del IIM-CSIC Andrián Pedreira, Jesús Valcarcel y José Antonio Vázquez, en el marco del proyecto Reciclaje y Valorización de Materiales de Desecho (REVAL), se centró en la valorización de efluentes crudos y filtrados de mejillón, calamar y pulpo como fuentes de nitrógeno y carbono para cepas probióticas.
Los resultados no solo fueron prometedores en términos de costes, sino también de rendimiento: El uso del efluente de mejillón logró triplicar el rendimiento de biomasa, alcanzando hasta 4.0 g/L en cepas de alto valor para la acuicultura como Phaeobacter sp. y Pseudomonas fluorescens.
Este alto rendimiento maximiza la eficiencia de las instalaciones de producción de biomasa. Además, la investigación demostró que los efluentes crudos son capaces de apoyar el crecimiento de estas bacterias sin requerir un pretratamiento hidrolítico complejo o costoso, simplificando enormemente la logística de producción.
La reutilización de estas aguas no solo promete una drástica reducción de los costes operativos de la acuicultura, sino que también integran una solución de economía circular para la industria marisquera.
El análisis de costes reveló un potencial de ahorro sin precedentes en la formulación de los medios de cultivo de probióticos marinos.
Este cambio impacta directamente también en la capacidad de los productores para incorporar probióticos de manera rutinaria, reforzando la salud de los animales sin comprometer la competitividad.
Como destacan los investigadores, los probióticos son una piedra angular en las estrategias de bioseguridad modernas, ayudando a reducir la incidencia de enfermedades y la necesidad de antibióticos; promueven el crecimiento y la supervivencia; y mejoran la eficiencia alimentaria y la absorción de nutrientes.
Referencia:
Pedreira, A., Valcarcel, J., & Vázquez, J. A. (2025). Sustainable valorisation of molluscan wastewaters for the cost-effective production of human and aquaculture probiotics. Journal of Water Process Engineering, 79, 108927