Valencia 26/04/2019 – Si algo se agradece a políticos de alto nivel en estos tiempos es la claridad del mensaje, y es justo lo que hizo ayer Clara Aguilera, vicepresidenta de la Comisión de Agricultura y Desarrollo Rural del Parlamento europeo y miembro de la Comisión de Pesca, ante una importante representación de empresarios del sector acuícola nacional.
En una interesante intervención en la Conferencia Empresarial de APROMAR, la europarlamentaria hizo una serie de recomendaciones que, de ser atendidas, pueden servir para mejorar la percepción que hay en Bruselas de la acuicultura.
Aguilera recomendó al sector tener más presencia “lobista” en las instituciones europeas, en forma de grupo de presión. Eso es algo que saben hacer muy bien los grupos conservacionistas, afirmó la europarlamentaria. Concretamente, Aguilera señaló que el sector europeo de la acuicultura y sus representantes, a través de la Federación Europea de Productores de Acuicultura (FEAP, por sus siglas en inglés), tienen que ser “más lobby y más conocidos de lo que son”.
El sector acuícola en los debates del Parlamento y en la Comisión de Pesca “ocupan infinitamente muchísimo menos tiempo que el que se dedica a la pesca extractiva y todo lo relacionado con esta”. Lo mismo ocurre, añadió, en la Comisión de Medio Ambiente y en la de Comercio Internacional, a pesar del la importancia y las potencialidades del sector acuícola.
“El trabajo, señaló, más allá de la Comisión de Pesca, se debe intensificar también en las Comisiones de Medio Ambiente y de Comercio Internacional, ya que son dos asuntos que impactan verdaderamente en el sector”. Todavía, añadió, “hay muchos europarlamentarios de estas comisiones, incluida la de pesca, que no saben lo que es la acuicultura y si tienen una idea, es negativa”.
Aguilera indicó que la acuicultura es un sector que no recibe el apoyo que merece por parte de las instituciones europeas. “Creo que la potencialidad que se le atribuye en los discursos, no se corresponde con la acción política”. Teniendo en cuenta que la Unión Europea tiene una capacidad productiva muy inferior a la demanda, esas posibilidades de crecimiento “tienen que ser favorecidas”. El apoyo a la acuicultura, por tanto, “no está tan claro” como aparece explícito en los discursos.
Además de esta recomendación, al principio de su intervención la europarlamentaria aclaró que el problema del sector no es de regulación, sino de “burocratización y de trabas administrativas” que, en definitiva, “hacen mermar las posibilidades de crecimiento”. “Si solventamos en un futuro el problema de la burocratización y mejoramos la agilidad administrativa, que no la reglamentación y las exigencias, habrá una capacidad de decisión en inversiones que suelen ser por lo general bastante importantes”, indicó.
Dentro de los distintos aspectos de la burocracia a la que es sometido el sector, para Aguilera, quizá, el tema de las autorizaciones administrativas sea “uno de los mayores y principales problemas a los que se enfrenta el sector para su desarrollo”.
De hecho, indicó, esta legislatura europea que ha llegado a su fin ha tenido mucha regulación que dio comienzo con la Política Pesquera Común, y siguió con los planes de gestión pesquera, o del nuevo Fondo Europeo Marítimo y de la Pesca (FEMP), que no ha podido llegar a su tramitación última a causa de todo el entorno político general generado con la salida del Reino Unido, es decir del BREXIT.