Como es fácil adivinar, la compleja política de la Unión Europea está marcada por los intereses de los países por controlar áreas clave de la economía. Las carteras de alto perfil como economía, finanzas y comercio suelen ser objeto de intensas negociaciones entre los Estados miembro más grandes y poderosos. Por otro lado, áreas percibidas como menos críticas, como la pesca, a menudo han sido asignadas a miembros más pequeños, buscando una distribución equitativa de poder y responsabilidades. Ejemplos recientes incluyen a comisarios de Pesca como Franz Fischler de Austria, Joe Borg y Karmenu Vella de Malta, Maria Damanaki de Grecia, Virginijus Sinkevičius de Lituania, y el recientemente nombrado Costas Kadis de Chipre.
Aunque existen varios factores que podrían explicar por qué los comisarios de pesca frecuentemente provienen de países económicamente menos prominentes dentro de la Unión Europea, es fácil reconocer que son parte de un equilibrio en la representación y el poder dentro de la estructura política de la UE, más que una estrategia deliberada para posicionar a individuos con un profundo entendimiento de los asuntos marítimos.
Oficialmente, la Unión Europea considera la acuicultura como un sector vital y estratégico, crucial para el mantenimiento y crecimiento de la economía en regiones costeras y fluviales con pocas alternativas de diversificación económica. Sin embargo, en la práctica, con la posible excepción de Maria Damanaki, los comisarios han asumido sus roles con experiencia limitada en pesca y aún menos en acuicultura, siendo esto el reflejo sobre cómo de relevante es percibido el sector en el seno de la Comisión Europea.
Para esta nueva legislatura europea Costas Kadis ha sido la persona elegida para liderar la cartera de Pesca y Océanos durante los próximos años. Espero que con sus acciones me haga cambiar de opinión, ya que eso supondrá un avance significativo para el desarrollo de la acuicultura.