En el mundo de la acuicultura, donde criamos peces como la dorada y la lubina, hay un número que nos dice mucho sobre la salud del negocio y el medio ambiente: el coeficiente de conversión alimenticia o FCR, por sus siglas en inglés. Este número mide cuánto alimento se necesita para que los peces crezcan. Cuanto más bajo sea el FCR mas eficiente será el proceso de crianza.
Para lograr ese FCR bajo, los productores combinan ciencia y estrategia, a través de las condiciones de cultivo adecuadas, la selección de los mejores peces genéticamente hablando, del pienso con calidad nutricional, y del manejo más adecuado.
En términos generales, dependiendo de estos factores, el FCR de un cultivo de dorada y lubina puede variar entre 1,5 a 2,5 puntos.
El pienso, una de las partes mas importantes en el rendimiento productivo, debe estar fabricado con las mejores materias primas y tener la mejor calidad posible. Con esto se consigue satisfacer todas las necesidades nutricionales de los peces a medida que crecen.
El impacto del pienso en el FCR es alto y, dependiendo de las condiciones anteriores, se pueden encontrar variaciones que van del orden de 0,2 a 0,5 puntos o más del total.
También es importante cómo y cuando alimentarlos. Y no solo eso, también de hacerlo con el gránulo del tamaño adecuado y con la palatabilidad (el sabor correcto y atractivo), de manera que no se sobrealimente o subalimente. Una estrategia de alimentación bien desarrollada puede tener un impacto en el FCR variable que va desde los 0,1 a 0,3 puntos del total.
La selección genética de los peces hacia rasgos de crecimiento rápido y alta eficiencia alimenticia a través de programas de mejora, tiene el potencial de reducir el FCR a través de estas estrategias puede variar en torno a los 0,2 y 0,5 puntos, en comparación con peces de líneas no seleccionadas.
Las condiciones del cultivo pueden mejorar el rango FCR entre 0,1 a 0,4 puntos. Mientras que, el manejo del estrés y la prevención de enfermedades, pueden variar entre 0,1 y 0,5 si se consiguen cultivar los peces en condiciones favorables.
Pero lo que realmente marca la diferencia es el Sistema de Recirculación en Acuicultura, o RAS. Maximización del uso del pienso, menos estrés y enfermedades significan peces más felices y un mejor FCR. Complementados con sistemas automáticos de alimentación y monitoreo, los RAS ayudan a que todo esté en su punto exacto, lo que puede llevar el FCR hacia el ideal de 1.
Una acuicultura eficiente no es solo buena para el negocio, sino que también es buena para el planeta.
Con la ciencia y la tecnología de nuestro lado, podemos producir alimentos de una manera que también cuide el agua y la vida que en ella habita.
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