
Adaptar los horarios de alimentación de los peces a los ritmos circadianos de estos es una de las estrategias mas recomendadas por los expertos. De esta manera se puede optimizar el bienestar y el rendimiento productivo de los sistemas de acuicultura.
No siempre es fácil llevar a cabo esta estrategia de alimentación, especialmente en sistemas que, por diversas causas, entre otras la falta de automatización o el control preciso de los parámetros ambientales, no lo permiten.
Algo diferente es lo que ocurre con especies como el rodaballo (Scophthalmus maximus) que se cría en sistemas de recirculación en acuicultura (RAS, por sus siglas en inglés). En estos sistemas se producen varias ventajas importantes, tanto para manejar el ciclo circadiano como el metabolismo de los peces de una manera adecuada, ya que son un entorno altamente controlado y estable.
En un estudio realizado por investigadores del Instituto Alfred Wegener y la Universidad de Rostock, se han identificado 46 metabolitos clave en el plasma sanguíneo de los peces, estableciendo su relación con el estrés.
Estos parámetros están relacionados con el metabolismo y la respuesta al estrés en los peces y son: glucosa, lactato, cortisol, lisozimas, y varios aminoácidos como isoleucina, leucina, valina, fenilalanina, y lisina.
Según los resultados del estudio, que han sido publicados en la revista científica Metabolomics, los horarios más adecuados para alimentar a los rodaballos en sistemas de acuicultura de recirculación parecen estar alrededor de las 3 p.m., ya que es cuando se observan picos en los niveles de aminoácidos y lactato en el plasma sanguíneo.
Estos picos podrían estar relacionados con el metabolismo natural del pez o con su habituación a los horarios de alimentación, lo que indica que este es un buen momento para alimentarlos, minimizando el estrés y optimizando la conversión alimenticia.
Al identificar los parámetros clave del metabolismo se puede establecer una estrategia adaptada a los horarios de alimentación cuando los peces están más activos, lo que adicionalmente reduce el riesgo a brotes de enfermedades.
A la vista de los resultados, la investigación no solo propone una estrategia más eficiente para los productores, también refuerza la importancia de considerar el bienestar de los peces en los sistemas de acuicultura.