
El Consejo Asesor del Mercado (MAC, por sus siglas en inglés) ha remitido a la Comisión Europea una recomendación para que reexamine la importación a la Unión Europea los mariscos sin depurar procedente de áreas de cría consideradas clase B del Reino Unido. Esta medida afecta, principalmente a bivalvos como vieiras, almejas, berberechos, ostras y mejillones
La salida de este país de la Unión Europea el pasado 1 de enero supuso, entre otras cuestiones, la pérdida del estatus comercial preferente que le permitía a los británicos a exportar sus moluscos bivalvos procedentes de clase B de cultivo sin depurar. Las críticas Londres por la medida adoptada “sin justificación científica o técnica” ha sido respondida desde la UE alegando que se trata de un “resultado directo” del BREXIT que no debería haber supuesto “una sorpresa”.
Con esta recomendación lo que quiere este Consejo Asesor es que el marisco procedente de Reino Unido sea depurado en centros autorizados de la UE y, así, poder garantizar el suministro continuo de mariscos importados, la creación de valor añadido y de puestos de trabajo.
La necesaria depuración del marisco por parte de las empresas del Reino Unido es una cuestión que ha cogido por sorpresa a las empresas de este país a pesar del dilatado divorcio entre las partes.
El problema que se presenta ahora para las empresas británicas es que existen dificultades técnicas y financieras para abordar la depuración en el corto plazo, a lo que se une la curva de aprendizaje necesaria para alcanzar este objetivo. Estos costes se estiman en 1 millón de libras por empresa. Técnicamente los moluscos bivalvos depurados importados también presentan desafíos ya que la tasa de supervivencia es menor.
Por su parte, las empresas depuradoras de la Unión Europea también se ven afectadas por una menor carga de trabajo y la pérdida del valor añadido del producto.
A largo plazo, una vez que las empresas británicas consigan estructurarse y obtener altos niveles de depuración, competirán directamente en el mercado de la UE. En definitiva, consideran que es perjudicial “para los importadores de mariscos de la UE por aumentar sus costes, y disminuye la calidad y cantidad de los productos importados”.
Reacciones en Reino Unido y Galicia
Como contra medida, el Reino Unido ha anunciado que la Agencia Independiente de Normas Alimentarias va a actualizar la categoría de 11 de las 266 áreas marítimas para que pasen de clase B a clase A, que si permite la exportación directa.
Estas aguas incluyen partes de Dorset, Northumberland, el estuario del Támesis y la bahía de St Austell en Cornwall.
De otra parte, el sector va a recibir 6,1 millones de libras como medidas de apoyo al sector y las comunidades costeras.
Por su parte desde la Xunta de Galicia se ha remitido una carta al Consejo Asesor de Mercados indicando su contrariedad por la propuesta de que se puedan importar mariscos directamente de Reino Unido obtenidos en zonas de producción clase B sin depurar ya que contraviene el estricto sistema de control y de seguridad alimentaria de la Unión Europea. Además, supone una distorsión del mercado y de las reglas de juego igualitarias entre actores de la cadena de valor del sector pesquero.
Por razones de seguridad alimentaria, señalan desde la Xunta, el Reino Unido es un tercer país y debe seguir las normas aplicables al movimiento de moluscos bivalvos con destino a consumo humano.