El Comité Consultivo de Acuicultura de la Unión Europea pide integrar la acuicultura en el futuro Pacto Europeo por los Océanos de manera plena y efectiva, como una oportunidad esencial para “reforzar la salud de los océanos, promover una economía azul sostenible y competitiva, y consolidar una agenda integral de conocimiento marino e inversión”.
A través de un documento de recomendaciones, el Consejo de Acuicultura, como órgano de consulta de la Unión Europea, ha centrado sus aportaciones en tres objetivos fundamentales del futuro pacto, con implicaciones directas para el sector acuícola.
Un océano sano y productivo, en el que se tomen medidas y se aplique la nueva Directiva sobre aguas residuales y urbanas y otras normativas ambientales relevantes. El Consejo ha alertado de la contaminación por nutrientes, vertidos urbanos y presencia de norovirus como “una amenaza significativa para la acuicultura de moluscos y un riesgo potencial para la acuicultura en general”.
Como señala el documento, “el mantenimiento de un ecosistema acuático saludable es esencial, particularmente con tantas lagunas de conocimiento e investigación existentes”.
El Consejo enfatiza también que la acuicultura europea “será un componente esencial de cualquier futuro Pacto por los Océanos”, especialmente, añade, en lo que respecta a especies de niveles tróficos bajos como los moluscos y algas, por su papel en la alimentación, los fertilizantes y los productos nutracéuticos.
No obstante, advierte que la producción de alimentos acuáticos en la UE representa menos del 2% del total mundial, a pesar de que Europa es el mayor mercado de productos del mar del planeta. Por ello, insta a que se asegure un “campo de juego equilibrado” frente a las importaciones, exigiendo que los productos importados cumplan con los mismos requisitos sociales, ambientales y de bienestar animal que los exigidos en la UE.
También solicita a la Comisión que impulse el desarrollo de sistemas de licencias para acuicultura multitrófica integrada (IMTA) y co-cultivos, así como el uso de programas de repoblación. Estos modelos, según el Consejo Consultivo, pueden “mejorar la productividad sin aumentar las cargas de nutrientes”.
En cuanto a la regulación de emisiones, propone que se estudie la implantación de cuotas transferibles de nitrógeno entre explotaciones, lo cual permitiría optimizar el uso ambiental de los recursos y facilitar el cumplimiento de los límites de contaminación.
La financiación actual, centrada en el programa del Fondo Europeo Marítimo, de la Pesca y la Acuicultura (FEMPA) también ha sido objeto de análisis. Según el Consejo, es insuficiente y, por ello, reclama una agenda estratégica de investigación en acuicultura, revisada anualmente, y una reunión anual con representantes del sector para alinear prioridades y superar barreras en innovación.
Asimismo, aboga por “el desarrollo y refinamiento continuo del Gemelo Digital del Océano” y por una mayor explotación de tecnologías satelitales y de datos que apoyen la ciencia marina.
Finalmente, el Consejo destaca que el futuro Pacto por los Océanos debe “reconocer la naturaleza amplia y diversa de los actores oceánicos” y aplicar principios de equidad en la planificación espacial marina, considerando también las prioridades de producción de alimentos junto a otros sectores como la energía, el transporte marítimo o el turismo.
Desde el Consejo, se hace un llamado claro a la Comisión para que el Pacto no quede en buenas intenciones, sino que se traduzca en medidas concretas, coherentes y aplicables que refuercen el papel de la acuicultura europea en un modelo azul más justo, competitivo y sostenible.

