
Con el sugerente título de “Building Blue Food Futures for People and the Planet” se ha publicado es informe que sintetiza los hallazgos clave de los artículos científicos que aportan mayor evidencia de los alimentos “azules” y sus implicaciones en los sistemas alimentarios.
El informe viene a proponer la necesidad de transformar el sistema mundial de producción de alimentos para alcanzar mayor desarrollo de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas. Esta transformación debe buscar la producción de alimentos de una forma más diversa, resistente y justa, además de más saludable.
La Evaluación de Alimentos Azules proporciona base científica para que los tomadores de decisiones hagan que éstos sean parte de un sistema alimentario mejor, desde la escala local a la global, que beneficie a las personas y al planeta.
Los “alimentos azules”, como es bien sabido, derivan de los organismos acuáticos y, como señalan en el informe, “tienen mucho que ofrecer” en esta transformación. Las inversiones y las políticas reflexivas que fomenten un sector de alimentos azules próspero y regenerativo podrían, a su vez, ayudar a resolver “algunos de los desafíos más urgentes” a los que se enfrenta el mundo en la actualidad.
El documento reivindica también mayor protagonismo de los alimentos azules en aquellos foros de debate a alto nivel, como las Cumbres de Sistemas Alimentarios de las Naciones Unidas.
Los alimentos azules, como señalan desde el informe, son más que proteína de alto valor, tienen una huella ambiental más baja y forman parte del medio por el que se ganan la vida muchas personas que viven en zonas rurales.
Aumentar la producción de alimentos acuáticos no es la solución. Tanto los sistemas marinos como de aguas continentales deben ser abordados desde enfoques de gobernanza, deben interconectarse con el resto de sistemas alimentarios y, para ello, las políticas deben de aplicarse de manera aislada.
Para que la transformación se produzca, el informe propone cinco acciones: Gestionar los alimentos azules como una parte que integre todos los sistemas de producción de alimentos; que se identifiquen y reformen las políticas y las prácticas que impiden la transformación; se protejan y aprovechen la diversidad para la nutrición, la accesibilidad y la sostenibilidad ambiental; se reconozca y apoye el papel central de los actores a pequeña escala; y se comprometa con los derechos humanos en las políticas y la práctica. Y de esta forma, señala el informe, se estará construyendo un futuro alimentario para las personas y el planeta.
Referencia:
Building Blue Food Futures for People and the Planet. The Report of the Blue Food Assessment. September 2021.
DOI: 10.25740/rd224xj7484