
La industria de las macroalgas mueve miles de millones al año en todo el mundo y en solo siete años su valor comercial se ha duplicado y ya supera los 15 000 millones de euros. En Asia forman parte de la dieta de sus habitantes desde tiempos inmemoriales, mientras que en Europa han sido los grandes olvidados y su consumo es muy minoritarioa.
La imagen eco-amigable con el medio ambiente de este tipo de acuicultura por su capacidad para capturar dióxido de carbono (CO2), su bajo consumo de agua dulce y su alta reputación como superalimento puede revertir esta tendencia.
Con el objetivo de apoyar a la incipiente industria de cultivo de algas marinas en el Reino Unido, el gobierno de este país ha dotado con 407 000 libras (485 000 euros) a la Asociación Escocesa de Ciencias Marinas (SAMS) para poner en marcha de la primera Academia de Algas Marinas del país. El objetivo será el de catalizar el crecimiento de la industria a través del asesoramiento a empresas emergentes (starups), la realización de talleres de formación y compartiendo investigaciones sobre el cultivo de algas marinas.
La sede de esta Academia estará cerca de Oban, en Escocia y se plantea con el importante papel de dar servicio innovador al sector, desde la siembra, pasando por la cosecha, y finalizando en la investigación.
Cada vez son más las miradas que se dirigen a las macroalgas como fuente de alimentos y compuestos de interés, tanto en la industria alimentaria, como en la cosmecéutica y farmacéutica. También se habla de sus opciones para crear biocombustibles, bioplásticos y otros biomateriales, que pueden tener un impacto ambiental menor que los materiales existentes.
La Academia de Algas Marinas estará operada por SAMS, según ha confirmado al respecto Nick Owens, director de esta institución investigadora. Trabajarán en asociación con SAMS Enterprise y Argyll College, un socio académico dentro de la Universidad de Highlands and Islands.
Entre los objetivos específicos, la Academia también explorará mercados de alto valor, para lo que hará uso de las últimas investigaciones para aumentar la competitividad de los productos de Reino Unido a nivel mundial.
Además de los beneficios directos e indirectos en la industria alimentaria, las algas favorecen la biodiversidad y permiten biorremediar el medio acuático y mitigar el cambio climático, por lo que merecen una especial atención.