
Si le preguntas a un pastor cuántas ovejas o cabras tiene te lo sabrá decir exáctamente, incluso el nombre de cada una. Eso, hasta ahora es algo impensable para un piscicultor. Sin embargo, con la "acuicultura de precisión” y la aplicación de las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC), Inteligencia Artificial y aprendizaje automático dentro de poco será posible.
Con este objetivo se ha formulado, al menos, el proyecto Bioscanner, promovido por Derwent Group, matriz de la fabricante de alimentos para acuicultura Dibaq Aquaculture. Saber el número de peces e identificarlos individualmente resulta muy útil para calcular con gran precisión la cantidad de alimento que debe ser suministrado, reducir al máximo el desperdicio, o prevenir una alimentación deficiente. A nivel comercial es una información útil para programar las pescas y sacar de las redes los peces necesarios para cumplir con los objetivos de ventas.
Tradicionalmente, este cálculo se viene haciendo a través de estimaciones basadas en tecnologías adaptadas de la industria pesquera o en estimaciones visuales de conteo, lo que lleva a porcentajes de desviación altos que conducen a imprecisiones en la cantidad de alimento que se suministra.
Bioscanner está dirigido por Eloy Meseguer, doctor en Biología Marina y director del área de ingeniería de Derwent Group en colaboración con Álvaro Valle, ingeniero agrónomo y jefe de ingeniería de acuicultura de la empresa. En el proyecto, también es parte fundamental la participación de la empresa de base tecnológica, Lucentia Lab, especialista en Inteligencia Artificial y Big Data nacida de la Universidad de Alicante.

Se trata, como señalan desde Derwnet Group de una nueva tecnología, innovadora y disruptiva, que una vez que esté completamente desarrollada será capaz de determinar el número de peces de un vivero e identificarlos individualmente.
En entrevista para misPeces, Eloy Meseguer explica que además de la captura de imágenes se está trabajando con algoritmos de aprendizaje automático o Deep Learning, basados en el uso de redes neuronales convulacionales, inspirados en la estructura y función del cerebro con una capacidad de precisión que supera al ser humano.
Con el conocimiento generado a través de este desarrollo, el proceso de cría en viveros será más preciso, al poder adecuar la velocidad de suministro del alimento a la demanda de los peces. Además, aportará información sobre los estadios de maduración y población y propondrá, en base al aprendizaje automático, “mejoras basadas en previsiones, pasando de un modelo reactivo a uno predictivo”. De esta forma, añaden desde Derwent, “se tendrá la posibilidad de anticiparse a imprevistos, mejorando el bienestar animal, mejorando las condiciones durante todo el ciclo de crianza y una gestión de los recursos naturales y económicos más eficientes”.
Ahora, ha concluido la primera fase del proyecto después de un año de trabajo y 150.000 euros de inversión, que ha servido como prueba de concepto. Los buenos resultados les permite seguir mirando adelante, para ver el potencial de esta solución para el caso concreto de la estimación de biomasa en viveros de acuicultura.
En este sentido, y como señalan desde Derwent, con el desarrollo completo se espera alcanzar una precisión de 90% en el conteo de los peces, lo que dará “una visión más exacta de la biomasa existente en un vivero que, junto con la alimentación de calidad de Dibaq Aquaculture, “permitirán una mejor gestión de la alimentación, el rendimiento de la explotación, la densidad de la población y el bienestar” entre otros aspectos del cultivo.