
El Diario Oficial de la Generalitat de Catalunya (DOGC) ha publicado el Decreto 190/2025, una nueva normativa que regula la pesca recreativa y profesional en aguas continentales. Su principal objetivo es gestionar y proteger estos recursos y su impacto en los ecosistemas acuáticos.
Aunque se centra en la pesca en ríos, lagos y otras masas de agua dulce de Cataluña, el decreto reconoce explícitamente el papel de la acuicultura dentro del ecosistema de la pesca continental. Esto queda claro en la referencia a las "zonas de pesca en instalaciones de titularidad privada", que, aunque no son cauces de agua naturales, pueden usarse para la piscicultura. Esto sugiere que las explotaciones acuícolas privadas podrían estar bajo la supervisión de esta nueva regulación.
El decreto está estructurado en 11 capítulos que abordan desde la clasificación de especies y las condiciones para pescar, hasta el aprovechamiento de zonas controladas y privadas, priorizando la pesca sostenible y sin muerte en tramos de alto valor ecológico. También regula la pesca deportiva y las competiciones, e incluye medidas de protección de ecosistemas, como los pasos para peces y los planes de salvamento en caso de alteraciones del caudal.
Además, el decreto introduce medidas para la recuperación de la fauna y la creación de las escuelas del río y entidades tutoras, pensadas como espacios de educación y participación ciudadana.
Toda la gestión se financia a través de un Fondo específico para la pesca, destinado a la conservación, la mejora de hábitats y la promoción de la actividad.
Esta nueva normativa deroga dos decretos históricos y más de 30 órdenes obsoletas, estableciendo plazos para que las zonas de pesca intensiva y las instalaciones privadas se adapten.
El alcance del decreto tiene implicaciones directas en el sector acuícola, promoviendo una mayor colaboración entre la gestión pública y la acuicultura. El texto menciona que los ingresos de las "actividades de formación efectuadas en los centros acuícolas de la Generalitat" se pueden destinar al fondo de gestión de la pesca.
Esta disposición subraya el papel de la acuicultura como un socio estratégico en el manejo sostenible de los recursos pesqueros. Además, las medidas de control sanitario, recuperación de la fauna y preservación de la calidad del agua benefician directamente a los cultivos acuáticos, al garantizar un entorno más saludable y equilibrado, menos expuesto a riesgos sanitarios o a la competencia de especies invasoras.