
Investigadores del Instituto Roslin de la Universidad de Edimburgo y la Universidad Heriot-Watt han desarrollado un innovador método no invasivo que permite detectar Bonamia ostreae, el parásito responsable de la bonamiosis, en ostras planas europeas (Ostrea edulis), sin necesidad de sacrificarlas. El avance, publicado en la revista Aquaculture, supone un gran paso para la restauración de poblaciones silvestres y la seguridad sanitaria en la acuicultura.
"Las heces de las ostras contiene rastros de ADN de Bonamia si están infectadas. Al tomar muestras de este material, podemos analizar un gran número de ostras a la vez sin necesidad de sacrificarlas" explica el Dr. Tim Bean, investigador principal del estudio en el Roslin Institute.
El procedimiento es sencillo: se colocan ostras vivas en cubetas con agua de mar aireada durante la noche, y al día siguiente se recogen sus heces y pseudoheces. A partir de ese sedimento se extrae ADN, que es analizado por qPCR en busca de presencia del patógeno. Este enfoque, además de respetar la vida de los animales, ha demostrado una sensibilidad igual o superior a los métodos tradicionales basados en histología o análisis de tejidos, y mejora notablemente la precisión frente al muestreo ambiental en agua.
El equipo científico validó este sistema en varias localizaciones del Reino Unido. En sitios con presencia confirmada del parásito, como Mersea (Essex) y West Loch Tarbert (Escocia), el método detectó con éxito la infección en muestras de sedimento. A su vez, en áreas libres de Bonamia como Loch Craignish y Loch Melfort, no se produjeron falsos positivos, reforzando su fiabilidad.
El profesor Bill Sanderson, de Heriot-Watt University y experto en restauración de ostras, destaca la relevancia del hallazgo: "la restauración de ostras implica cultivar y trasladar miles de ejemplares de un lugar a otro. No debemos llevarnos parásitos ni enfermedades con nosotros, especialmente aquellas tan letales como Bonamia ostreae. Esta nueva herramienta nos permite vigilar rápidamente y a bajo coste la presencia de infecciones, protegiendo así las valiosas poblaciones de ostras".
La portabilidad del sistema, que puede aplicarse directamente en campo mediante kits móviles de extracción y PCR, lo convierte en una herramienta adaptable a operaciones de gran escala. Según los autores, podría utilizarse también para la detección de otros patógenos marinos o especies invasoras, aunque esto requerirá investigaciones adicionales.
Bonamia, un obstáculo para la recuperación de la especie
La ostra plana europea, antes abundante en los litorales del continente, ha sufrido un drástico retroceso en los últimos dos siglos debido a la sobrepesca, la degradación del hábitat y enfermedades como la bonamiosis. Aunque inofensiva para los humanos, Bonamia ostreae ataca las células inmunitarias del molusco, diseminándose silenciosamente y causando altas tasas de mortalidad.
Actualmente existen más de 50 proyectos de restauración de Ostrea edulis en Europa. Herramientas de diagnóstico rápido y no invasivo como esta pueden marcar la diferencia entre el éxito o el fracaso en la reintroducción y cultivo sostenible de la especie.
“El objetivo”, concluye el Dr. Bean, “is about giving restoration teams, oyster farmers and regulators the tools they need to respond quickly and effectively to disease threats—without compromising the very species they’re trying to protect.”
Este trabajo ha contado con el apoyo del UK Seafood Innovation Fund, el Sustainable Aquaculture Innovation Centre (SAIC), y el proyecto Dornoch Environmental Enhancement Project, respaldado por The Glenmorangie Company.