
Sídney 20/08/2020 - En cuestiones que conciernen a la naturaleza no existen patrones fijos, lo que para los humanos es una madre y un padre, no tiene que cumplirse en el caso de los animales acuáticos.
Un caso de extraordinaria rareza es el que representa el caballito de mar, una especie de pez de la familia Syngnathidae en la que es el macho el que incuba los huevos durante dos meses. Este traspaso se produce tras una danza nupcial en la que la hembra traspasa los huevos desde su cloaca con ayuda de una papila genital hasta la bolsa ventral del macho.
Peces signátidos como los caballitos de mar, peces pipa y dragones marinos son los únicos vertebrados con esta cualidad. Adentrarse en el asombroso mundo de la preñez masculina a través del estudio del caballito de mar permite a los investigadores una oportunidad única en el estudio evolutivo comparativo.
Para descifrar mas detalles de este embarazo, investigadores de la Universidad de Sídney, en Australia, han llevado a cabo un estudio en el caballito de mar Hippocampus abdominalis en el que han comprobado cómo los machos transportan los nutrientes hacia la prole y como se transfieren determinados nutrientes de interés, en este caso los lípidos que son usados como principal fuente de energía durante el desarrollo embrionario.
Según los resultados del estudio, una vez que las reservas lipídicas de la yema del huevo se agotan, el transporte de nutrientes ocurre del padre a los hijos hasta completar la madurez de la progenie a través de la placenta, como podría ser en cualquier embarazo femenino.
Este tipo de estudio animan a los científicos a utilizar los caballitos de mar como animales modelo de investigación in vivo del embarazo humano, ya que al igual que nuestra especie, parece ser que se produce transporte de nutrientes y oxígeno a los embriones en desarrollo y la modulación inmunológica para proteger a la descendencia de las infecciones.
Referencia:
Zoe M. G. Skalkos, James U. Van Dyke, Camilla M. Whittington. Paternal nutrient provisioning during male pregnancy in the seahorse Hippocampus abdominalis. Journal of Comparative Physiology B. DOI: 10.1007/s00360-020-01289-y