La pasada semana fue detenido por el Seprona de la Guardia Civil en la autovía A-2, en Guadalajara, un hombre cuando transportaba en un vehículo de alquiler, entre cajas de ropa, varias neveras de corcho que contenían 170 kilos de angulas vivas.
El detenido ha sido acusado de tráfico y comercio ilegal de especies protegidas de fauna silvestre y contrabando, según ha informado la Guardia Civil.
La actuación se produjo cuando una patrulla de Seguridad Ciudadana de la localidad de Cifuentes, en la provincia de Guadalajara, identificó a una persona que estaba en la estación de servicio del kilómetro 125 de la autovía A-2.
Ante las muestras de nerviosismo del conductor de una furgoneta de alquiler, los agentes inspeccionaron la carga y localizaron entre cajas de ropa varias neveras que contenían en su interior angulas vivas.
El hombre no pudo acreditar el origen lícito de la mercancía y el Seprona tomó muestras de las angulas incautadas y las remitió al laboratorio central del Servicio de Criminalística de la Guardia Civil para determinar la especie.
Los agentes pudieron efectuar la liberación temprana de las angulas incautadas mediante su traslado a una piscifactoría para ser reintegradas en el medio natural.
El detenido ha pasado a disposición del Juzgado de Instrucción número 1 de Sigüenza.
La especie de anguila europea sufre de forma directa el furtivismo en territorio nacional y el tráfico ilegal a través de puertos, aeropuertos y vías de comunicación. El drástico descenso de sus poblaciones llevó a la especie a una situación cercana a la extinción en 2009.
Esta especie fue incluida en el Convenio CITES relativo a la protección de especies de flora y fauna mediante el control de su comercio. Por otro lado, para la exportación e importación desde la UE con terceros países se estableció la denominada "cuota cero" que prohíbe ambas acciones.
El tráfico ilícito tiene como destino final habitual los países asiáticos, en los que, tras su engorde, la especie retorna a países europeos en forma de anguila ahumada.
Según informaciones de la ONG Sustainable Eel Group, el precio es exponencial y las organizaciones dedicadas a su exportación ilícita pueden llegar a obtener un beneficio superior a 1.000 euros por kilo.