
Un equipo de investigadores de la Universidad de Amberes ha logrado avances significativos en la búsqueda de ingredientes sostenibles para la acuicultura ornamental. En un estudio realizado recientemente los investigadores han demostrado que las bacterias púrpuras no sulfurosas (PNSB, por sus siglas en inglés) no solo pueden reemplazar parcialmente la harina de pescado en la dieta de los guppies (Poecilia reticulata), sino que además mejoran su crecimiento, reproducción, coloración y resistencia a enfermedades.
El trabajo se centró en dos cepas de bacterias: Rhodobacter capsulatus y Cereibacter sphaeroides, incorporadas a los piensos en proporciones del 2% y el 10%. Los resultados se compararon con dietas convencionales basadas en harina de pescado y con piensos enriquecidos con la microalga Chlorella pyrenoidosa, conocida por su alto contenido en carotenoides.
Estas bacterias son relativamente fáciles de cultivar en biorreactores, especialmente si se integran en sistemas de producción circulares y sostenibles ya que no compiten con cultivos alimentarios para consumo humano directo, reutilizan residuos y son de alto rendimiento proteico.
Según el estudio, “las dietas con bacterias púrpuras no sulfurosas mejoraron el crecimiento y la reproducción de los peces, siendo la dieta con 10% de Cereibacter sphaeroides la que produjo mayor número de crías”. En cuanto a la coloración, un aspecto clave para el valor comercial de peces ornamentales, se observó una “mejora significativa en la luminosidad de los guppies alimentados con Rhodobacter capsulatus”.
Uno de los datos más destacados fue el incremento en la resistencia a enfermedades. En una prueba de infección con Aeromonas hydrophila, una bacteria común en ambientes acuáticos, los peces alimentados con dietas que contenían bacterias purpurosas presentaron tasas de supervivencia del 78%, frente al 33% del grupo control alimentado solo con harina de pescado.
Los autores resaltan que “las bacterias purpurosas pueden cultivarse en biorreactores compactos utilizando residuos orgánicos, lo que permite integrarlas en sistemas de acuicultura circulares con bajo impacto ambiental”. Su elevado contenido en proteínas (hasta un 60% en peso seco), carotenoides, coenzima Q10 y otros compuestos bioactivos las posiciona como una alternativa de alto valor añadido en piensos acuícolas.
El estudio subraya además que las bacterias púrpuras no requieren grandes superficies ni consumos de agua elevados, lo que las convierte en una solución eficiente para reducir la dependencia de la harina de pescado, uno de los recursos más presionados del sector.
Con estos resultados, las bacterias púrpuras se consolidan como una herramienta con gran potencial para avanzar hacia una acuicultura ornamental más sostenible y funcional, con beneficios concretos tanto para los animales como para los productores.