
El Congreso de los Diputados debatirá próximamente una Proposición de Ley impulsada por los grupos parlamentarios de Sumar, Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y Podemos para prohibir en España la acuicultura de pulpos y cualquier actividad asociada a su comercialización, transformación o transporte. La medida también busca actualizar el régimen sancionador y establecer la Ley de Pesca Marítima del Estado de 2001 como base para penalizar esta práctica, catalogándola como infracción grave.
La iniciativa, registrada por representantes de los tres grupos y miembros de la Asociación Parlamentaria en Defensa de los Derechos de los Animales (APDDA), responde directamente al proyecto promovido por Nueva Pescanova para instalar en Canarias la primera granja de pulpos del mundo. Según indican los promotores, el texto legislativo se ha elaborado con aportaciones de la asociación INTERCIDS, que agrupa operadores jurídicos por los animales.
Entre los argumentos de la APDDA destaca la falta de regulación específica sobre la cría intensiva de estos cefalópodos. "Las granjas de pulpos es una actividad totalmente nueva, para la que no existe ninguna regulación específica y sobre la que ya sabemos que, de forma inevitable, conllevará consecuencias dañinas para estos animales y para el medioambiente. Esos impactos negativos aconsejan que, por precaución, se aborde la prohibición de esta actividad", señalaron desde la entidad.
Según recoge el texto legislativo, la ley entrará en vigor al día siguiente de su publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE) y tendrá aplicación supletoria respecto a la normativa de las comunidades autónomas, que deberán respetar en todo caso la prohibición establecida. Mientras tanto, el proyecto de Nueva Pescanova en Canarias continúa pendiente de tramitación administrativa y a la espera de una decisión política definitiva.
Mientras, la comunidad científica respalda la cría de pulpos
En paralelo al debate político, un grupo de investigadores de 66 instituciones científicas de 25 países ha publicado un artículo en la revista Marine Policy en el que defienden el potencial del cultivo de pulpo como una alternativa viable, sostenible y ética ante el aumento global de la demanda de proteínas. Esta publicación, firmada por el colectivo Sustainable Cephalopod Aquaculture and Welfare Group, surge en respuesta a las recientes medidas legislativas en Estados Unidos para prohibir la acuicultura de pulpo por motivos éticos y ambientales.
Los investigadores advierten que “una prohibición generalizada pasa por alto los beneficios potenciales de la acuicultura del pulpo, que aún se encuentra en fase experimental y podría contribuir a sistemas alimentarios sostenibles y a la conservación de recursos si se desarrolla con una supervisión científica rigurosa”. Añaden que “las preocupaciones sobre el bienestar y la sostenibilidad de los animales criados para el consumo humano son importantes, pero ambas se están abordando de forma proactiva mediante innovación científica, investigación y regulación, por lo que una prohibición total es injustificada”.
Respecto a su sensibilidad y complejidad cognitiva, uno de los argumentos más esgrimidos en contra del cultivo de pulpo, los científicos recuerdan que “los animales criados para el consumo humano durante miles de años —como cerdos, vacas y pollos— no son menos sensibles”, y que el enfoque correcto es establecer estándares de bienestar adaptados a cada especie, incluidos los cefalópodos.
También abordan las preocupaciones sobre el impacto ecológico de su dieta carnívora. Según el grupo, ya existen avances hacia piensos más sostenibles: “Algunas piscifactorías de peces carnívoros utilizan más del 70 % de ingredientes de origen vegetal en sus piensos”. Prohibir esta práctica, sostienen, “pone en riesgo este progreso e impide que la acuicultura del pulpo contribuya a la seguridad alimentaria, nutricional y económica mundial sin añadir presión sobre las poblaciones silvestres”.
Con la demanda de proteínas en alza —se estima que alcanzará los 2.000 millones de toneladas anuales en 2050—, el colectivo defiende que no se deben descartar fuentes alimentarias prometedoras sin un análisis riguroso. “Es esencial evaluar con rigor todos los sistemas de producción alimentaria antes de descartarlos prematuramente”, concluyen. Además, destacan que en muchas regiones costeras del trópico, el cultivo de pulpos podría suponer una vía para mejorar la seguridad alimentaria y la economía local.
Entre los firmantes del artículo figuran investigadores del Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC) en Barcelona, junto con representantes de centros en Japón, Brasil, Italia o Australia. Subrayan que no mantienen vínculos con la industria del pulpo cultivado: “Somos científicos expresando nuestra opinión sobre la viabilidad de la acuicultura del pulpo”.
El debate, por tanto, permanece abierto. La decisión que adopte el Congreso en las próximas semanas podría marcar un precedente no solo para España, sino también para el desarrollo de nuevas formas de producción alimentaria a nivel internacional.