
Tres nuevos híbridos de nacra localizados, 279 inmersiones realizadas en 95 localidades y más de 149.000 metros cuadrados de fondo marino muestreados. Estos son algunos de los principales resultados de la campaña de seguimiento llevada a cabo por el Instituto Español de Oceanografía (IEO-CSIC) para evaluar el estado de conservación de Pinna nobilis y Pinna rudis en el litoral mediterráneo español.
Las actuaciones se han centrado en la identificación de ejemplares supervivientes, el estudio de su distribución, la detección de híbridos y el análisis demográfico de las poblaciones. En total, se realizaron 12 campañas entre las comunidades autónomas de Cataluña, Illes Balears, Comunidad Valenciana y Andalucía.
En el caso de Pinna nobilis, se monitorizaron 18 ejemplares en mar abierto, distribuidos por zonas protegidas como el Parque Natural de Cap de Creus, la Reserva Marina de Tabarca, el Migjorn de Mallorca, la ZEC Cap Martinet en Ibiza y las bahías de Pollença y Alcudia. Estos individuos fueron visitados en 80 ocasiones.
Uno de los hallazgos más relevantes fue la localización de tres individuos híbridos. Según la investigadora Maite Vázquez-Luis, del Centro Oceanográfico de Baleares del IEO, “la presencia de estos ejemplares no sólo representa un paso esperanzador para la supervivencia a largo plazo de la especie, sino que también contribuye al mantenimiento de la diversidad genética de las poblaciones, un elemento clave para su capacidad de adaptación frente a futuros desafíos ambientales”.
En paralelo, se ha reforzado el seguimiento de las zonas santuario del Mar Menor y del Delta del Ebro, únicas en España con poblaciones vivas de P. nobilis. En el Mar Menor se detectó el primer evento de reclutamiento desde 2016, aunque los juveniles no lograron sobrevivir. “Su aparición representa un avance esperanzador para la recuperación de la especie”, indicó Vázquez-Luis.
Respecto a Pinna rudis, se prospectaron más de 123.000 metros cuadrados en Andalucía y Baleares. En esta última región, el Parque Nacional Marítimo-Terrestre del Archipiélago de Cabrera sigue siendo clave: alberga más de 100 ejemplares monitorizados anualmente desde 2013 con tasas de supervivencia cercanas al 85%.
En el marco del proyecto también se llevó a cabo la translocación de dos ejemplares híbridos desde Menorca y Colonia de Sant Jordi al Parque Nacional de Cabrera. El ejemplar procedente de Menorca se encuentra en buen estado y ha crecido, mientras que el otro no logró sobrevivir debido a su deterioro inicial.
La campaña forma parte del proyecto BIODIV, dedicado al asesoramiento científico-técnico para el seguimiento de la biodiversidad marina en espacios protegidos de competencia estatal, con financiación de la Unión Europea – NextGenerationEU, y el impulso del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.