
Después de unos largos meses de conversaciones y debate, finalmente el Parlamento noruego ha aprobado el nuevo impuesto del 25% a la producción de salmón que duplica la tasa marginal que pasa del 22% al 47%. La nueva tasa tiene carácter retroactivo a contar desde el 1 de enero de 2023.
Salmar, uno de los mayores productores de salmón en Noruega, ha criticado que se haya adoptado este nuevo impuesto “sin la participación de los interesados y sin el amplio consenso político que caracteriza tradicionalmente los cambios importantes en el sistema tributario y marco para las empresas noruegas”.
Además, advierten que la medida tendrá un “efecto distorsionador significativo” que hará que se pierdan inversiones, innovación y empleo en las comunidades costeras donde se asientan las granjas de acuicultura.
Las críticas van más allá al señalar que esta nueva tasa se basa en la “premisa incorrecta” de que la producción de alimentos de acuicultura se basa en recursos rentables vinculados a la ubicación, que genera “retornos extraordinarios desproporcionados al riesgo involucrado”.
A pesar de la medida, Salmar señala que “continuará colaborando activamente” con organizaciones de la industria para describir la situación actual y los desafíos que enfrenta la industria.
A través del diálogo cercano y basado en hechos con las autoridades y los responsables de tomar decisiones, esperan restablecer rápidamente un sistema tributario y un nivel de impuestos adecuados para la acuicultura noruega.