
Los precios de los piensos de la acuicultura marina y continental subieron espectacularmente durante 2022 debido a los efectos post-pandemia y la invasión rusa de Ucrania. Este coste representa entre el 50 y el 70% del total dependiendo de la especie y sistema de cultivo y tiene, por tanto, un impacto directo en el coste del producto final.
Según los datos de la Subdirección General de Medios de Producción Ganadera del Ministerio de Agricultura, entre el 1 de enero y el 31 de diciembre de 2022 el precio de la dorada de engorde pasó de 1 140,39 euros la toneada a 1 430,61 euros. Es decir, los productores terminaron pagando 290 euros más por tonelada, un 25,45%.
Misma situación para la trucha blanca y asalmonada que en el mismo periodo analizado pasaron de 1 258,13 euros y 1 300,63 euros a 1 637,66 y 1 677,66 euros la tonelada respectivamente. Es decir, 379,53 euros más, un 30,17% y 377,03 euros más o 28,99%.
Estos precios son estimaciones del Ministerio y no deben considerarse una situación real del mercado. A pesar de ello, son un buen indicador de las tendencias y reflejan la difícil situación de aumento de costes a la que se enfrentan los productores piscícolas.

En los últimos meses, no obstante, se ha observado una moderación en la subida. En diciembre los precios de los piensos de engorde de dorada, pese a que volvieron a subir lo hicieron en 0,94%. Para la trucha blanca la subida fue de 0,5% y para la asalmonada de 0,49%.

Para 2023 no se esperan grandes alegrías ya que la tensión en Europa seguirá existiendo y el año estará marcado por la inflación y la volatilidad del precio de las materias primas que se destinan a la fabricación de los piensos. Esta situación se verá acompañada por la sombra de la recesión.