Uno de los mayores desafíos a los que se enfrenta la acuicultura del lenguado es la disrupción sexual de los machos de la especie, lo que dificulta que se puedan llevar a cabo programas de mejora genética adecuados para la domesticación.
Varias son las líneas de investigación que se están desarrollando para descifrar qué mecanismos fisiológicos y conductuales influyen en el éxito reproductivo del lenguado senegalés. Entre otros, la influencia de la jerarquía social, las señales químicas, los factores ambientales y la interacción hormonal.
Una de ellas mantiene la hipótesis de que esta disrupción esté relacionada con la falta de aprendizaje social y oportunidades de observación del cortejo reproductivo en machos de lenguado nacidos en cautividad.
Para avanzar en esta línea de investigación, científicos del Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA) de Cataluña, España han llevado a cabo un estudio en el que han puesto en cohabitación a machos nacidos en cautiverio y salvajes en las etapas juveniles.
El experimento abarcó tres temporadas reproductivas consecutivas desde 2016 a 2018. Los peces se agruparon de la siguiente manera: Se establecieron cuatro grupos de machos y hembras de lenguado criados en cautividad. Un grupo reunió peces nacidos en cautividad con machos silvestres que convivieron durante las etapas juveniles; otro grupo fue similar al anterior, pero estuvieron en tanques separados; otro grupo consistió en machos y hembras en cautividad que solo produjeron huevos infértiles; y finalmente un grupo control de peces que se criaron aislados, sin contacto con adultos.
Los datos obtenidos muestran que los peces macho que vivieron en cohabitación con los salvajes aumentaron la implicación de los primeros en la reproducción y fertilización de los huevos. Aunque esta, como apuntan fue baja. El grupo de lenguados nacidos en cautividad que tuvo oportunidad de aprender de los lenguados silvestres mostró mayor participación en el cortejo y logró ocho desoves fertilizados.
Según los datos, el análisis de paternidad reveló que el 64,3% de las larvas pertenecían a una sola pareja de reproductores, mientras que el 34,3% no se asignaron a ninguna familia específica.
Los resultados, como apuntan en su estudio publicado en General and Comparative Endocrinology, sugieren que el aprendizaje social es una parte de este complejo problema, existiendo otros factores como la dominancia reproductiva y las condiciones ambientales que condicionan y afectan la reproducción en cautiverio.