España es líder en la Unión Europea en la producción de atún rojo muy por delante de Italia, Francia o Grecia. Según datos de un informe de APROMAR, en 2022 se engrasaron en España 10.877 toneladas con un valor de primera venta de 183,2 millones de euros.
Este éxito económico no solo consolida al país como un referente mundial en acuicultura, sino que también impulsa un sector estratégico para la economía costera.
Empresas como Tuna Graso, Caladeros del Mediterráneo, Balfegó Tuna y Piscifactorías del Mediterráneo están al frente de esta industria. Juntas, no solo lideran el mercado nacional, sino que también juegan un papel crucial en el abastecimiento del mercado japonés, principal destino de las exportaciones.
Según datos del sector, aproximadamente el 96% de la producción de atún rojo español se envía al país asiático, donde se consume principalmente en forma de sushi y sashimi de alta calidad.
La Región de Murcia destaca como la principal zona productora, a la que siguen Cataluña y Andalucía.
El potencial de esta industria se traduce en beneficios económicos tangibles para las comunidades locales, generando empleos directos e indirectos en zonas con una fuerte dependencia del sector pesquero.
A medida que el mercado global se recupera de las disrupciones causadas por la pandemia, el atún rojo español se perfila como un símbolo de calidad y sostenibilidad en un mundo cada vez más consciente de la necesidad de proteger los recursos marinos.