En los próximos años, el mercado europeo de productos de acuicultura seguirá atravesando un periodo de ajuste estructural, marcado por tres fuerzas que ya se observan claramente en los datos y previsiones del EU Fish Market 2025.
Según las proyecciones OCDE-FAO 2025-2034, el consumo per cápita de pescado en la UE —que en 2025 sitúa al bloque en el puesto 15 mundial— seguirá disminuyendo al menos durante los tres años siguientes.
Esto confirma la tendencia a la baja ya visible en 2023 y 2024, cuando el consumo aparente alcanzó mínimos de la década por la caída simultánea de la producción acuícola y de las importaciones.
Este descenso estructural del consumo coincide con un panorama productivo que está cambiando profundamente. En la próxima etapa, moluscos y especies tradicionales que siempre sostuvieron el volumen acuícola europeo seguirán bajo presión.
La producción de mejillón, por ejemplo, ya se encuentra en su nivel más bajo de la década en términos de disponibilidad para consumo (1,14 kg per cápita en 2023) y no hay señales de recuperación rápida debido a limitaciones ambientales y productivas persistentes.
Las especies mediterráneas —dorada y lubina— probablemente vivirán una fase de estabilización tras la contracción reciente. En 2023, la dorada cayó un 2% en volumen y un 10% en valor por precios a la baja, competencia turca y costes de producción elevados.
La tendencia apunta a que, en los próximos años, estas especies buscarán un reequilibrio basado en ajustes de precios y eficiencia productiva, más que en incrementos de volumen.
Los salmones —aunque representan poco dentro de la acuicultura europea— seguirán siendo estratégicos por su peso en consumo e importaciones, pero su disponibilidad no crecerá rápidamente debido a condicionantes ambientales y sanitarios en los países productores.
Su precio tenderá a mantenerse estable o ligeramente al alza, ya que en 2024 fue, de hecho, uno de los pocos productos cuyos precios no subieron pese a la inflación general del sector, un indicio de que el mercado podría estar entrando en una fase de techo de precio.
En paralelo, el mix de especies acuícolas de la UE continuará desplazándose hacia productos de mayor valor, como la trucha y el atún rojo de engorde, cuyas cuotas siguen aumentando dentro del valor total del sector, mientras bivalvos, carpas y salmones pierden peso relativo.
En conjunto, los próximos años dibujan un escenario en el que la demanda seguirá disminuyendo ligeramente, especialmente para productos frescos, por sensibilidad a precios y cambios en los hábitos de los hogares. La oferta acuícola permanecerá contenida, con mejoras basadas en valor y eficiencia más que en volumen.

