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Este hallazgo, publicado en la revista ISME Communications, se basa en la serie temporal más larga del mundo sobre virus marinos, recogida en el Observatorio Microbiano de la Bahía de Blanes, en Girona.
Este descenso coincide con un aumento de la temperatura y transparencia del agua y, en conjunto, reflejan un proceso de oligotrofia, es decir, un empobrecimiento progresivo en nutrientes que transforma el mar en un ambiente más limpio, pero menos productivo.
Los virus marinos cumplen un papel esencial en la regulación del océano. Aunque invisibles, son responsables de controlar las poblaciones microbianas, reciclar nutrientes y facilitar el transporte del carbono hacia las profundidades marinas, un proceso fundamental para la regulación del clima global.
Su disminución, lejos de ser una buena noticia, podría alterar profundamente la productividad y la estabilidad de los ecosistemas, tal y como advierten los autores del estudio.
“El cambio climático está reconfigurando incluso las comunidades más diminutas del océano. Los virus marinos son piezas clave del engranaje ecológico, y su declive podría modificar el equilibrio de los ecosistemas costeros”, señala Xabier López Alforja, autor principal del estudio.
Los virus tienen un papel fundamental reciclando nutrientes y liberando estos al medio ambiente, lo que reduce la biomasa de fitoplancton. Menor productividad biológica puede traducirse en una disminución del alimento natural disponible para peces, moluscos y crustáceos.
Además, como es sabido, algunos virus actúan como bacteriófagos y mantienen bajo control comunidades bacterianas potencialmente dañinas. Su descenso podría favorecer la proliferación de bacterias oportunistas y aumentar riesgos sanitarios en zonas acuícolas.
El equipo del IMC-CSIC continúa ahora con el análisis genético de las muestras virales recogidas durante los últimos 20 años, con el objeto de determinar si la disminución en abundancia se acompaña también de una pérdida de la diversidad genética. Los resultados preliminares apuntan a que esta tendencia no es un fenómeno local, sino un síntoma generalizado en todo el Mediterráneo.
 
    		
