
Los consumidores europeos se mantienen fieles al pescado y marisco en la dieta a pesar de la crisis del COVID-19. Casi dos tercios de los europeos consumen pescado varias veces al mes, según el último Eurobarómetro sobre hábitos de consumo en la Unión Europea.
Según la encuesta, el 64% de los europeos sigue comiendo pescado en casa con regularidad. Los productos congelados son la categoría más preferida, ligeramente por delante de los productos frescos y enlatados. Cerca del 80% de los consumidores compran productos de la pesca o la acuicultura en la tienda tradicional, el supermercado o el hipermercado, muy por delante de cualquier otro lugar de compra. Solo una quinta parte de los europeos, un 21%, un 11% menos desde 2018, dice que consume productos de la pesca o la acuicultura en restaurantes y otros puntos de venta de alimentos al menos una vez al mes.
La pequeña proporción de europeos que ha disminuido su consumo de pescado durante la crisis del COVID-19 menciona razones financieras como la causa principal, ya sea porque el pescado se ha encarecido (33%) o porque su propia situación financiera ha cambiado (25%). Por lo tanto, la promoción de especies mas asequibles económicamente o menos populares pero nutritivas es esencial.
Al mismo tiempo, los consumidores que aumentaron su consumo citaron la conciencia sobre la salud (40%) y los cambios en la dieta (35%) como su principal razón para hacerlo.
Según esta encuesta, a pesar de la fidelidad de los europeos por el consumo de productos del mar, se observa un ligero descenso de 6% desde 2018, especialmente para los mayores consumidores.
La calidad y el precio, por este orden, siguen siendo los factores de compra más importantes, mientras que ha aumentado el interés de los consumidores por obtener más transparencia en la información, sobre aspectos como la fecha de caducidad, nombre de la especie, si es de acuicultura o captura, y cuestiones medioambientales.
El origen del producto ha ganado terreno en 21 de los Estados miembros de la UE27 y se confirma como el tercer factor de compra más importante.
El 76% de los encuestados mostró interés por la fecha de captura o cosecha de la etiqueta. El 44% de los consumidores, 5% más que en 2018, mostraron interés por conocer los aspectos ambientales del producto, señalando que debería aparecer reflejado en la etiqueta. Los aspectos éticos y sociales siguen estando en un segundo plano. Datos que reflejan la relevancia de la estrategia “De la granja a la mesa” y su ambiciosa agenda para empoderar a los consumidores para que elijan alimentos sostenibles.
Respecto al método de producción o captura, el eurobarómetro refleja que no es un “problema real para los consumidores de la UE”. La proporción de encuestados que tienen una fuerte preferencia por los productos silvestres son 32%, o de cultivo 7% ha disminuido ligeramente en la mayoría de los Estados miembros. Ahora es más probable que los consumidores digan que depende del tipo de producto o que no saben si los productos que compran o consumen son silvestres o de cultivo. En la UE, el 25% de todo el pescado y marisco consumido procede de la acuicultura.