
Roma 4/06/2020 – Las medidas del impacto por el cierre del canal HORECA (Hostelería, Restauración y Catering) a consecuencia de las medidas de distanciamiento social para combatir la Covid-19 ha dejado tocado, pero no hundido, el sector de los productos acuáticos. Este impacto se ha dejado sentir más en unas especies que en otras.
Las medidas de distanciamiento social que obligó al cierre de empresas y al confinamiento de la población ha impactado seriamente en la comercialización de los productos acuáticos. Aquellos formatos destinados al consumo en el ámbito doméstico, como las especies transformadas, fileteadas, en conservas, congeladas o ahumadas, después de unas semanas inciertas han ido reconduciendo la situación e incluso ahora se consumen a tasas superiores a la situación previa a la Covid-19.
Las empresas más afectadas son las que tienen como principal canal de destino HORECA, que comercializan tallas grandes de pescado o mariscos.
Aunque todavía es pronto para hacer un análisis en profundidad de cómo se verán afectadas las empresas, muchos datos apuntan a pérdidas de entre el 20 a 30 por ciento del consumo.
Uno de los más afectados son los productores de moluscos bivalvos que, después de haber tenido un año 2019 “muy positivo” con fuerte demanda y precios altos, han visto interrumpido este buen momento. A principio de año, el mercado chino fue el primero en resentirse interrumpiendo la comercialización de estos productos, posteriormente fue sucediendo lo mismo en Europa y Estados Unidos de América.
En la actualidad, el comercio de moluscos bivalvos es casi inexistente, aunque empieza a vislumbrarse cierta esperanza que, con la llegada del verano en la segunda mitad del año, y la apertura de HORECA, se empiece a reactivar la situación.
Otro de los grandes sectores afectados de interés en los países de la cuenca Mediterránea, es el de la producción de dorada y lubina, aunque en este caso parece que la reactivación estival no será capaz de suplir la fuerte caída sufrida. Además, los productores de estas especies temen que con la reactivación del mercado la sobreoferta de productos pesqueros sea la segunda ola que impacte sobre sus negocios.
En muchos países, tanto los productores de peces como moluscos han solicitado asistencia gubernamental para pérdidas comerciales. En la Unión Europea estas ayudas deben llegar a través de la reformulación del reglamento del Fondo Europeo Marítimo y de la Pesca (FEMP 2014-2020) que, aunque ya ha sido aprobada por el Parlamento y la Comisión Europea, su trámite está encallado en las regiones y los Estados miembro.
Finalmente parece que será un buen año para el desembarque de pequeños pelágicos, muchos de los cuales se destinan a la fabricación de harina y aceite de pescado, uno de los ingredientes mas valiosos de la acuicultura alimentada. Según los datos se espera que estos desembarques aumenten a nivel global un 4 por ciento en 2020 respecto al año anterior.
Como decíamos al principio de este artículo, todavía es pronto para poder estimar el impacto sobre la producción de la Covid-19, no obstante, todo hace indicar que no será un año de crecimiento. Mientras que en 2019 se produjo a nivel global un incremento de la producción de 3,3 por ciento, parece ser que este año se observará una severa interrupción.
Por el lado de la oferta, los productores tendrán que hacer frente a la escasez de mano de obra y otros desafíos económicos, como los sobre costes derivados de las medidas de protección de los trabajadores, o la necesidad de retrasar las cosechas y mantener la biomasa bajo mínimos.