Cuando las algas se estresan lo manifiestan con un exceso de producción de peróxido de hidrógeno, también conocido como agua oxigenada. Su medición puede funcionar como herramienta eficaz para evaluar la salud de las algas marinas en sistemas de acuicultura y detectar signos tempranos en situaciones estresantes.
En un estudio recientemente publicado en Scientific Reports, los investigadores de observaron variaciones significativas en respuesta al estrés térmico y al pastoreo por el caracol peludo del Atlántico (Littorina littorea), de hábitos herbívoros y que se alimentan principalmente de algas.
El control de este parámetro se puede hacer con sensores de bajo coste y permite mejorar la bioseguridad de los cultivos al adelantarse para la toma de acciones antes de que el problema sea más evidente.
En su estudio, los investigadores utilizaron métodos de muestreo y análisis para cuantificar la producción de peróxido de hidrógeno en Ulva fenestrata y Palmaria palmata como respuesta a cambios en la luz, temperatura y situaciones de estrés agudo.
Las algas, para defenderse del exceso de peróxido de hidrógeno, producen bromoformo que previene de factores de estrés como la desecación y depleción de nutrientes. El análisis de este compuesto también puede utilizarse como indicador de salud.
Los investigadores observaron patrones diarios en las concentraciones de peróxido de hidrógeno en ambas algas, siendo más altas por las mañanas y disminuyendo por la tarde. Estas variaciones están asociadas a procesos de producción y decaimiento acumulativos, siendo la luz el factor clave.
Por otra parte, pequeños aumentos de la temperatura del agua llevaron a acumulaciones más altas de peróxido de hidrógeno, posiblemente a un aumento en la productividad primaria bruta.
Al existir diferencias en la dinámica de peróxido de hidrógeno y bromoformo entre ambas algas, los investigadores recomiendan caracterizar los niveles umbral específicos de ambos parámetros para cada especie cultivada.