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El proyecto “Recupera Pinna” localizará nacras en peligro y las trasladarán a zonas seguras del delta del Ebro y Mar Menor

Se trata del molusco bivalvo más grande del Mediterráneo y cuyo destino está viéndose gravemente afectado por el protozoo parásito Haplosporidium pinnae

Nacras (Pinna nobilis) sobre lecho marino /Foto: IRTA

Tarragona 19/02/2021 – La Universidad de Alicante y el IRTA van a trabajar de forma conjunta en el proyecto “Recupera Pinna” cuyo objetivo es conservar las nacras (Pinna nobilis) del Mar Menor y del delta del Ebro, uno de los pocos hábitats en los que todavía se pueden encontrar ejemplares de este molusco bivalvo tan emblemático del Mediterráneo.

El proyecto “Recupera Pinna” está financiado por Fundación Biodiversidad y el apoyo de Fundación Zoo de Barcelona. Los científicos analizarán el estado de las poblaciones de nacra y contarán con el apoyo de la plataforma de ciencia ciudadana NACRANET y Observadores del mar que localizarán, harán un diagnóstico inicial del estado de las poblaciones, y trasladarán los individuos que vayan encontrando en zonas de riesgo a otros lugares más seguros.

Durante los últimos años la comunidad científica se ha volcado para recuperar esta especie ante el rápido declive de sus poblaciones y ha mejorado el conocimiento que se tenía sobre la misma. Así, por ejemplo, se sabe que la principal amenaza de estos bivalvos es un parásito mortal, el Haplosporidium pinnae de origen desconocido y que puede llegar a producir mortalidades del 100%. La letalidad de este parásito, sin embargo, es menos virulento en condiciones de salinidad extrema, tanto baja como alta.

Los temporales vienen a sumarse a las amenazas de la especie

Nacra (Pinna nobilis) con técnico /Foto: IRTA

Aunque la principal amenaza desde el 2016 es la del protozoo parásito H. pinnae, otros peligros que acechan la supervivencia de la especie están relacionados con la destrucción y alteración de sus hábitats, la pesca de arrastre, la eutrofización o la recolección por parte de particulares.

Si bien la especie no está pasando por su mejor momento, el temporal Gloria del año pasado ha venido a agravar la situación ya que, según explica Patricia Prado, investigadora del IRTA y que participa en el proyecto, de los 533 ejemplares identificados en la bahía del Fangar, solo se han detectado 12 supervivientes.

Como señala Prado, la virulencia del parásito se desata a temperaturas superiores a los 13,5ºC, algo que ocurre en primavera y, sobre todo, en verano. A esto se añade que la salinidad es otro factor de riesgo y tanto al parásito como a la nacra las condiciones ideales se dan entre 36,5 y 39 ppt, justo las que se dan en mar abierto. En cambio, añade, las poblaciones sanas son las que están en la parte interior de la bahía de los Alfaques, donde la salinidad es baja porque la propia dinámica oceanográfica del Delta aporta agua dulce de los arrozales y esto actúa como frontera por el parásito.

Gracias a este nuevo proyecto, junto con el convenio de colaboración con la Fundación Zoo de Barcelona, los científicos dispondrán de seis nuevos aparatos para medir la salinidad y la temperatura y asegurarse de que las nuevas ubicaciones son seguras, así como del apoyo humano de los técnicos de la Fundación durante las campañas.

En el Mar Menor uno de los principales problemas para la nacra está en la mala calidad del agua de la laguna. Como señala Francisca Giménez, investigadora de la Universidad de Alicante y que también participa en el proyecto, a mediados de 2015 la zona sufrió una crisis de eutrofización esta zona sufrió una crisis de eutrofización y la falta de oxígeno que provocó una mortalidad masiva de muchos ejemplares. Con este proyecto, señala, “queremos encontrar nuevos individuos, identificar zonas críticas y trasladar los ejemplares que están en zonas de riesgo a lugares más adecuados”.

En el Mar Menor las primeras poblaciones de nacras datan de los años 80, coincidiendo con la conexión artificial de la laguna con el mar y como consecuencia la disminución de la salinidad. Desde entonces la nacra se convirtió en una especie clave del Mar Menor ocupando el 65 por ciento de la superficie de la laguna hasta el 2014. Aparte de las condiciones ambientales extremas, también amenazan la especie la pesca ilegal y otros patógenos como la bacteria Vibrio mediterranei sp.

A nivel nacional, la nacra está catalogada como especie en peligro crítico de extinción y es una de las especies prioritarias del Ministerio para la Transición Ecológica (MITECO) que ya coordina las diferentes comunidades autónomas con investigadores expertos de ámbito nacional. Sin embargo, los expertos advierten que, aunque la nacra ya esté incluida en el Catálogo de la fauna salvaje amenazada de Cataluña, es necesario realizar más acciones para asegurar la supervivencia de la especie. “Necesitamos la colaboración y coordinación con los diferentes usuarios marinos como el turismo, los pescadores, y los productores de bivalvos para proteger a los individuos de las bahías de posibles golpes con embarcaciones y vandalismos y para detectar el posible asentamiento de nuevos ejemplares en zonas de pesca o en infraestructuras”, concluyen las investigadoras.

Fotos Fuente: IRTA (CC BY-NC 4.0)

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