El futuro de la acuicultura andaluza depende de que todos trabajen juntos y con un mismo objetivo. Si cada parte va por su lado, es imposible avanzar. Por eso es esencial que organizaciones, productores y centros de investigación se coordinen bajo una única voz para exigir que las políticas que se impulsan respondan de verdad a las necesidades del sector y del territorio.
Durante la Mesa Redonda: Asociacionismo en acuicultura, celebrada en el marco de las XI Jornadas de Acuicultura en el Litoral Suratlántico (JALS), los expertos participantes coincidieron en que la unión del sector es clave para afrontar los retos presentes y futuros, fortalecer la competitividad y elevar el valor social y económico de la actividad.
El encuentro, celebrado en el marco de la XI Jornada de Acuicultura del Litoral Suratlántico en el Campus del Carmen de la Universidad de Huelva, reúne a más de 150 asistentes entre investigadores, empresas, administraciones públicas y centros tecnológicos vinculados al sector acuícola.
Estas jornadas, únicas en Andalucía a la hora de abarcar el futuro de la acuicultura, se han consolidado como uno de los foros de referencia en España para analizar las tendencias, desafíos y oportunidades de la actividad.
La mesa de asociacionismo reunió a voces representativas del sector, entre ellas María del Mar Barrios, directora general del Centro Tecnológico de Acuicultura de Andalucía (CTAQUA); Alfonso Macías, técnico de ASEMA; Cristina Tomás, presidenta de la Sociedad Española de Acuicultura; y Juan Manuel González, de la organización de productores de pescado de estero (OPP-93). El debate estuvo guiado por Marina Fernández (AGAPA) y Susana Vela, jefa de Servicio de Acuicultura de la Junta de Andalucía, quienes condujeron la conversación hacia los principales retos compartidos en una dinámica innovadora.
Los participantes subrayaron que la principal virtud del asociacionismo es su capacidad para “dar fuerza con una sola voz” a un sector históricamente fragmentado.
Otro de los asuntos destacados fue la importancia de garantizar estabilidad y claridad normativa a las empresas a través de la “seguridad jurídica”, en específico, en lo relativo a la renovación de las concesiones de Costas. En este sentido, el representante de la OPP-93 señaló que la falta de prórrogas o la incertidumbre en concesiones afecta directamente a auditorías, inversiones y planificación a largo plazo.
Los expertos reconocieron el trabajo de la Consejería de Agricultura, Pesca y Acuicultura, considerada por los participantes como una administración cercana, accesible y receptiva. Aun así, insistieron en que asociaciones y administración deben avanzar de la mano para resolver obstáculos comunes, especialmente en cuestiones vinculadas a la costa, la normativa y los tiempos administrativos.
La transferencia del conocimiento fue otro de los temas que se pusieron sobre la mesa. Los representantes del sector reclamaron que los proyectos científicos incorporen desde el inicio una dimensión económica: cuánto cuesta, cómo se implanta y si es viable.
“Necesitamos que la investigación no se quede en una publicación; tiene que llegar a la empresa”, señaló al respecto Alfonso Macías. Al mismo tiempo, pidieron evitar que fondos públicos se destinen a estudios sin aplicación real, reclamando una mayor conexión entre ciencia y tejido productivo.
Por su parte, María del Mar Barrios propuso avanzar hacia una estrategia de innovación aplicada que permita ensayar especies, tecnologías y modelos productivos en condiciones reales, especialmente en entornos característicos de Andalucía como los esteros. La idea es trabajar de forma colaborativa en proyectos piloto, analizar resultados y anticipar desafíos futuros que no siempre aparecen en el corto plazo.
Los representantes insistieron en que, aunque los problemas del día a día requieren atención, también existen retos estructurales —energía, costes, normativa, cambio climático— que deben abordarse de manera conjunta y sostenida.
Pese a que el sector acuícola andaluz no es numéricamente grande, los participantes destacaron su aportación socioeconómica y ambiental, subrayando la importancia de comunicar mejor este valor y reforzar su presencia pública.
