Un reciente estudio de investigadores de ECOAQUA de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, en colaboración con expertos de IMR y Nofima en Noruega, han publicado en la revista científica Aquaculture un artículo que destaca la importancia de los correctos niveles de zinc para reducir anomalías esqueléticas en larvas de dorada (Sparus aurata).
Según explican los investigadores, el zinc es un mineral esencial involucrado en más de 300 procesos enzimáticos, fundamentales para el crecimiento y la salud de todos los vertebrados. En los peces, desempeña un papel fundamental en la mineralización ósea y en la defensa contra el estrés oxidativo. Sin embargo, tanto la deficiencia como el exceso de zinc pueden tener consecuencias negativas.
Para obtener el rango preciso de zinc en las dietas de larvas de dorada, los investigadores evaluaron los efectos de seis niveles de inclusión de este mineral durante 16 días: 79, 98, 110, 130, 150, y 248 miligramos por kilogramo.
Los resultados mostraron que los niveles intermedios entre 110 y 130 miligramos por kilogramo son los más efectivos para promover el crecimiento y la mineralización ósea, al tiempo que minimizan el riesgo de anomalías esqueléticas.
Niveles de 79 miligramos por kilogramo se consideran deficientes y dan lugar a un crecimiento reducido, un aumento del estrés oxidativo y alta incidencia de anomalías esqueléticas severas, como deformidades en las vértebras y el cráneo.
Niveles en exceso, como 248 miligramos por kilogramo, se produce un menor crecimiento debido a efectos tóxicos y un aumento de la peroxidación lipídica y de riesgo de anomalías esqueléticas.
A nivel genético y metabólico se observó que niveles óptimos de zinc también estimularon la expresión de genes relacionados con el desarrollo óseo. En contraste, los niveles bajos y altos de zinc mostraron efectos adversos en los procesos genéticos, afectando el equilibrio entre los osteoblastos y osteoclastos, células resposanbles de la formación y remodelación ósea.
Además, como señalan en el estudio, el zinc mostró un efecto directo sobre el metabolismo de los lípidos. Las larvas alimentadas con niveles intermedios, es decir óptimos, presentaron mayores niveles de ácidos grasos beneficiosos como el oleico, esenciales para el almacenamiento de energía y el crecimiento.
Estos hallazgos contribuyen a la mejora las dietas para larvas de dorada donde se destaca la importancia de una nutrición precisa en las primeras etapas de desarrollo de los peces para garantizar su viabilidad y calidad futura.