Exponer a las larvas de ostra (Magallana gigas) a bacterias beneficiosas durante las etapas temprana de desarrollo puede servir para “educar” a estos bivalvos a fortalecer su sistema inmune a largo plazo.
Investigadores franceses han llevado a cabo un estudio que revela que introducir microorganismos beneficiosos durante la etapa larval, mejora la resistencia a largo plazo contra enfermedades críticas, destacando el potencial de esta “educación microbiana” para el éxito en la acuicultura de ostras.
Este enfoque se utilizó para mejorar la resistencia de las ostras al Síndrome de Mortalidad de la Ostra del Pacífico y la vibriosis y reveló información interesante para aplicarlo como estrategia.
Para llevar a cabo su estudio, los investigadores introdujeron comunidades bacterianas controladas y libres de patógenos. El “éxito” de esta educación se demostró por la capacidad mejorada de las ostras para resistir a infecciones, lo que sugiere que esta estrategia permite manejar mejor las amenazas patogénicas.
Como indican, es importante seleccionar adecuadamente estas comunidades microbianas, ya que la efectividad puede variar según el origen de las ostras y la composición de la mezcla de bacterias utilizada.
Las otras fueron recolectadas de diversas ubicaciones geográficas: la bahía de Brest, La Tremblade en la bahía de Marennes-Oleron, la bahía de Arcachon y la laguna Thau, en Francia.
Posteriormente, las ostras se estabularon en las instalaciones de Ifremer en La Tremblade para asegurar que estuvieran libres de patógenos durante la experimentación.
Se prepararon comunidades bacterianas específicas del sitio y otra multisitio. Estas mezclas se cultivaron a partir de bacterias aisladas de ostras resistentes a enfermedades de cada ubicación.
Las larvas de ostras fueron expuestas a las comunidades bacterianas desde el momento de la fertilización hasta los 14 días posteriores. Se emplearon dos modalidades de exposición: desde el día 0 y desde el día 7 post-fertilización. Con esto se buscó evaluar diferentes ventanas de exposición durante el desarrollo larvario.
Como señalan, aunque las bacterias añadidas no se mantuvieron en la microbiota de las ostras, el simple hecho de haber sido expuestas a estas comunidades indujo cambios a largo plazo en la misma y la expresión génica relacionada con el sistema inmune. Esto sugiere a los investigadores que incluso interacciones tempranas con ciertos microbios pueden tener efectos duraderos y beneficiosos, y educan a las ostras ante patógenos.
A pesar de los beneficios observados con esta estrategia, los investigadores recuerdan que es muy importante la adecuada selección y aplicación de las comunidades bacterianas para evitar la introducción de patógenos inadvertidos.