
El alza de las materias primas y, particularmente del aluminio y el acero, así como del transporte, están poniendo en peligro las conservas de pescado y marisco, que deberán trasladar los costes al consumidor. Así han advertido la pasada semana desde la patronal conservera que denuncian un panorama muy complicado ante costes de producción desorbitados.
España es el primer productor de la Unión Europea de conservas pesqueras, enlatadas y en otros envases, y el segundo productor mundial en el caso del atún, con 359 091 toneladas y 1 155 millones de euros en valor.
Este panorama incierto se ve exacerbado por la ‘psicosis’ que está produciendo acopio excesivo por parte del empresariado por miedo a quedarse sin suministro.
Todavía falta para que notemos el impacto. Según los expertos será en 2022 cuando se note con detalle. Todo dependerá, de las acciones que tomen en Estados Unidos o China, junto con la respuesta que pueda dar la Unión Europea.